El cómputo avanza muy rápidamente y apenas empezamos a entender cómo funciona algún programa o bien, ya usamos una app con cierta soltura, cuando llega una nueva versión del sistema operativo y entonces -muchas veces- nuestro software deja de funcionar, nos pone mensajes de errores extraños o tenemos que actualizarnos de versión y muchas veces esto lleva un costo extra.
MsDOS, por ejemplo, fue el sistema operativo predominante en las computadoras x86 y dede luego, las IBM PC y compatibles lo usaban. Este sistema operativo, que era en modo texto, empezó a ser desplazado por las interfaces gráficas y Microsoft hizo algo interesante: «pegó» la interfaz gráfica con el sistema operativo y así de pronto Windows era más que una cara gráfica bonita para usar MsDOS. Windows se convirtió entonces en el «sistema operativo».
Hay que decir que en MsDOS se escribió muchísimo software interesante: juegos, lenguajes de programación, programas de soporte del sistema, entre muchos otros. Y cuando MsDOS fue descontinuado para dar paso a las nuevas versiones de Windows, todo ese software se volvió obsoleto de la noche a la mañana.
Desde luego, hubo esfuerzos por parte de muchos programadores para mantener funcionales los programas ya existentes. Así, si el usuario quería seguir usando su viejo software había una solución al menos. Esta se llamo DosBox o FreeDOS, entre muchas opciones que aparecieron en Internet eventualmente.
DosBox fue una de las opciones más sólidas en su momento. Al instalarlo había que generar una especie de unidad C virtual y entonces podíamos copiar el software a la misma para ejecutarlo desde una ventana de texto. Finalmente DosBox daba algunas de las posibilidades que Microsoft desapareció cuando MsDOS se volvió anacrónico.
Yo usé DosBox para instalar y correr Turbo Prolog 1.1, la versión de Prolog que Borland lanzó hace unos años pero que ante la pobre cantidad de unidades vendidas, decidieron regresarle el sistema a sus creadores que, a todo esto, fue primero PDC Prolog y después se convirtió en Visual Prolog. Ahora su sistema corre en Windows y tiene algunas virtudes con respecto a las versiones de MsDOS, sobre todo en el manejo de memoria, pero desde luego, se ha hecho más complejo de usar.
Un problema con DosBox, particularmente, es que la ventana donde se corrían los programas antiguos tenía un tamaño fijo, o había que cambiarlo desde unos archivos de configuración y esto no resultaba sencillo. Así, ante ciertas incomodidades al usar DosBox, uno tenía que tomar la disyuntiva de olvidarse de este software viejo y aprender las nuevas versiones.
Pero he aquí que encuentro D-Fend y ahora D-Fend Reloaded, que es un entorno gráfico para correr DosBox. De hecho, D-Fend Reloaded es el sucesor de la versión descontinuada de D-Fend. El sistema está escrito en Delphi y cae precisamente en la categoría de lo que es un «Front-End» para poder ejecutar software antiguo. DosBox sigue siendo, finalmente, el emulador de MsDOS. Así, de pronto y gracias a este par de programas, se tiene la posibilidad de tener una máquina MsDOS en un ambiente como el de Windows y con esto tenemos lo mejor de dos mundos: Windows y MsDOS en el mismo entorno.
Si de pronto recuerda algunos juegos o sistemas que solamente corrían en MsDOS (en donde el proceso de instalación no guardaba nada en el Registry, por ejemplo, sino que solamente copiaba los archivos necesarios a las carpetas definidas), quizás valga la pena que le eche un vistazo. Es claro, sí, que el software «vintage» ya ha sido realmente desplazado, pero hay un par de joyitas que de alguna manera ahora podemos revivir.