La sonda espacial Curiosity, que aterrizara en Marte hace más de un año ha tenido una ocupada agenda de investigación: ha taladrado piedras, ha analizado composición química del suelo, ha buscado microorganismos, ha paseado en los alrededores del cráter Gale y sin duda ha sido una misión exitosa, pero hay cierta decepción por parte de los investigadores en la NASA: No hallan señales de vida, incluso del pasado, por lo cual seguimos siendo -la Tierra- un planeta privilegiado en lo que se refiere a la vida.

En las últimas investigaciones realizadas por el Curiosity, no pudo detectar gas metano en Marte, lo que de alguna manera debilita las teorías de posible vida, pues por ejemplo, en la Tierra, más del 95% del gas metano existente, es producido por organismos microbianos. Esto de alguna manera contradice los estudios espectrográficos, que por muchos años habían mostrado cantidades significativas de gas metano en Marte, pero la sonda de la NASA no ha hallado nada.

En la manera como entendemos la vida, el gas metano es un indicador de existencia de este fenómeno biológico trascendente que no parece hallarse en ningún planeta o luna cercana. Los datos enviados por el Curiosity reducen por ende la posibilidad de la existencia de formas de vida, aunque sea microbianas. La información que mandó el carrito que camina por la superficie marciana se publicó en la revista Science.

El Curiosity detectó no más de 1.3 partes por millardo de la atmósfera, y esta cifra se considera demasiado baja. Pone en tela de juicio entonces las mediciones hechas antes con satélites, telescopios y espectrografía. Sin embargo, Chris Webster, investigador principal del instrumento Tuneable Laser Spectrometer (LTS) a bordo de Curiosity, indicó que “Esta observación no elimina la posibilidad de actividad microbial actual, pero disminuye la posibilidad de que ciertos metanógenos sean la fuente de la actividad”.

Referencias:

BBC