Marte es el objetivo más cercano para tratar de descubrir si hay vida más allá de la Tierra. Un robot en suelo marciano podría escanear la superficie, revisando las rocas que parecen hechas de «pasta italiana», que están llenas de bacterias que controlan la formación de esas rocas, todo esto de acuerdo a un reporte de la revista Astrobiology.
Bruce Fouke, profesor de geología de la Universidad de Illinois dice que hay condiciones similares en Marte para que pudiese florecer la vida microbiana en esta particular tipo de roca, como se ha observado en la Tierra, de acuerdo a su estudio, patrocinado por la NASA.
La posible bacteria viene de una línea que evolucionó antes de que la Tierra tuviese este proceso de oxigenación hace unos 2.35 mil millones de años y puede sobrevivir a flujos rápidos de agua caliente que se da en las primaveras extremas. También resiste entornos con muy poco nivel de oxígeno, usando sulfuro y dióxido de carbono como fuentes de energía, indica el investigador.
«Tiene un nombre inusual, Sulfurihydrogenibium yellowstonense, pero nosotros le llamamos simplemente Sulfuri», dice Fouke.
«Si se toman todos estos datos juntos, esto podría ser el candidato más interesante para colonizar Marte y otros planetas.
«Y como estas bacterias catalizan la formación de rocas cristalinas que se ven como capas de pasta, sería una forma fácil de detectar -relativamente- en otros planetas», dijo el investigador.
La única forma y estructura de las rocas asociadas con Sulfuri resultan en una forma inusual de vida, dice Fouke.
«En flujos rápidos de agua, la bacteria Sulfuri se engancha una con otra para colgarse en una cadena que las mantenga con vida», comentó.
«Así, forman fuertes cables que se mueven onduladamente como banderas que están fijas a un extremo. El movimiento de los cables impide que otros microbios se puedan enganchar. Sulfuri se defiende generando además un moco que es muy resbaloso. Estos cables de Sulfuri se ven como pasta de fettuccine».
Igualmente, el equipo de investigación se dio a la tarea de entender las capacidades de construcción de las rocas, encontrando que las proteínas en la superficie bacterial se aceleraban en la medida que el carbonato de calcio, también llamado travertine, se cristalizaba dentro y alrededor de los cables.
«Si vemos depósitos de este tipo de rocas filamentosas en otros planetas, bien podríamos pensar esto como la huella digital de la vida», dice Fouke. «Es grande y único. No hay otras rocas como estas. Podría ser la presencia definitiva de microbios alienígenas», concluyó el investigador