Investigadores del Instituto de Ecología y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han desarrollado una membrana capaz de detectar simultáneamente los genes de diversos organismos causantes de diarrea y problemas intestinales alojados en el agua o alimentos.
Las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años, causando el deceso de 760 000 niños menores de cinco años cada año.
Una proporción significativa de las enfermedades diarreicas se puede prevenir mediante el acceso al agua potable y a servicios adecuados de saneamiento e higiene.En todo el mundo se producen unos 1700 millones de casos de enfermedades diarreicas cada año, refiere la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La innovación llamada “Macroarreglo para la detección en muestras ambientales y biológicas de microorganismos enteropatógenos”, está diseñada para detectar microorganismos en el agua, el principal vehículo de transmisión de bacterias causantes de diarrea y, sobre todo cuando el líquido no está tratado contamina alimentos regados con esta agua.
“Es lo que ocurre en el río Lerma Santiago, que cruza el Estado de México, Jalisco, Guanajuato y Michoacán; aquí no hay plantas de tratamiento y se acumulan desechos humanos e industriales que llegan al mar y forman parte de la cadena alimenticia de estas masas de agua”, dijo Valeria Souza Saldívar, responsable de la investigación.
Souza Saldívar detalló que se trata de un sistema de análisis compuesto por un material transparente, flexible, similar al papel acetato, y mide 10×5 centímetros, en la que se imprimieron 200 puntos con los genes de los microorganismos patógenos.
Durante 10 años, los investigadores estudiaron los genes responsables de la diarrea, “conseguimos todos los genes que tenían estas bacterias, los sacamos mediante un proceso que se llama ‘PCR’, es decir un método que nos permite amplificar fragmentos de ADN para identificar gérmenes microscópicos que causan enfermedades; con esto, en la Facultad de Medicina imprimimos en la membrana 200 puntos con los genes de los microorganismos en un orden particular”, precisó la académica universitaria.
El desarrollo científico tiene un costo basal de mil 500 pesos, y un beneficio alto, ya que tiene muchos genes activos de forma simultánea, lo que ayuda a un diagnóstico preciso. La doctora Souza Saldívar detalló que actualmente la membrana se encuentra en proceso de patentamiento y que junto con la empresa Encore Biotechnology.
Es importante indicar que esta creación universitaria obtuvo el tercer lugar en la premiación del Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI – 2014-2015) que promueve la creación tecnológica y la cultura de la propiedad industrial en la máxima casa de estudios.
El uso de la membrana permitirá detectar la salud del agua que consumimos. “La idea es que los habitantes de cualquier municipio sean capaces en un futuro de hacer pruebas de su propia agua y poder valorar si es o no potable; debe de haber ciencia ciudadana y que la gente tenga las herramientas para poder tomar decisiones sobre sus cultivos, sus animales y alimentos”, finalizó la científica.
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