Aparentemente el poder reconocer lo que un sujeto ve a partir de monitorear su actividad cerebral no es una cuestión de ciencia ficción, sino una realidad científica. Sin embargo, hay que decir que esto no se hace a través de leer un electro-encefalograma o bien tomando los impulsos eléctricos del cráneo y suponer lo que está pensando dicho sujeto. De hecho, parece ser que los electro-encefalogramas son bastante imprecisos como para formarse una opinión de lo que ocurre en el cerebro de una persona.
El estudio de los investigadores de la Universidad de Kyoto, usa los datos de un tomógrafo que indica la actividad particular de cada región en el cerebro. Específicamente la actividad de la corteza visual se alimenta a la red neuronal, la cual es entonces entrenada para producir como salida lo que realmente la persona estudiada está observando.
Y aunque suena casi de ciencia ficción, el asunto es que funciona. Y no, no se logra una reproducción exacta de la imagen, pero sí una lo suficientemente cercana para ver la conexión. Pero quizás lo más importante es que la red trabaja sobre la generación de formas que no fueron parte del conjunto de entrenamiento, el cual solamente consiste en imágenes naturales. Esto parece ser un fuerte indicativo que la red neuronal aprendió la estructura de la corteza visual de forma que copia las relaciones entre las señales de entrada y la activación de varias áreas.
Añadiendo otra red neuronal para limitar la salida de la primera red, se llega a mejores resultados, los cuales se acercan más a las imágenes originalmente usadas para el entrenamiento. Sorprende que esto funcione tan bien y da la impresión que hay mucho margen para mejorar.
Los investigadores piensan que su enfoque es novedoso porque permite reconstruir el contenido perceptual y mental de la actividad cerebral humana, combinando las características visuales de las múltiples capas de una red neuronal profunda. «Hemos reconstruido con éxito la visión de imágenes naturales. La reconstrucción de formas artificiales también fue exitosa aunque incluso los modelos de reconstrucción usados solamente tuvieron acceso a imágenes naturales», indicaron.
El mismo método se aplicó a las imágenes para revelar una reconstrucción del contenido mental, de forma rudimentaria. Nuestro enfoque podría dar una ventana única a nuestro mundo interno traduciendo la actividad cerebral en imágenes que tuviesen una jerarquía y características visuales específicas.
Y sí, podría usarse como una interfaz muy sofisticada para una computadora, pero bien podría ser usada para leer las mentes de los sujetos, como se ha visto desde hace mucho en los cuentos de ciencia ficción. Pero más allá de eso, es claro que la tomografía cerebral nos da mucha más información de la que podríamos haber esperado antes.