Actualmente existen múltiples tratamientos contra la caída del cabello, pero hasta la fecha no se ha encontrado uno realmente eficaz más allá del implante. Ahora, científicos de Columbia han logrado restaurar el crecimiento de pelo en ratones mediante la inhibición de una familia de enzimas dentro de los folículos pilosos.
Las estadísticas indican que 30% de la población mundial sufre de alopecia, la que afecta tanto a hombres y mujeres, así mismo el 90% de los hombres mayores a 21 años presenta alguna recesión en la zona frontotemporal (entradas) y el 50% de los hombres mayores a 40 años tiene la zona de la coronilla despoblada.
En la investigación realizada en ratones y folículos pilosos humanos, se empleó un fármaco que inhibía una familia de enzimas llamada JAK que promovía el crecimiento de pelo, planteando la posibilidad de que este tipo de fármacos puedan ser utilizados para restaurar las múltiples formas de calvicie, cuando se ven afectados los folículos pilosos.
Actualmente ya hay dos inhibidores de JAK aprobados en EU, uno está aprobado para el tratamiento de enfermedades de la sangre (ruxolitinib) y el otra para la artritis reumatoide (tofacitinib).
“Lo que hemos encontrado es prometedor, aunque todavía no hemos demostrado que sea eficaz para la calvicie de patrón masculino. El paso siguiente es poner a prueba las diferentes formulaciones de inhibidores de JAK para verificar si crece el cuero cabelludo y determinar si pueden inducir crecimiento del cabello en humanos”, dijo Angela Christiano, responsable de la investigación.
Cabe destacar que los científicos descubrieron por casualidad el efecto del inhibidor de JAK en los folículos pilosos cuando estaban estudiando un tipo de caída del cabello conocida como alopecia areata, causada por el ataque autoinmune en los folículos pilosos. Este equipo ya había visto el año pasado que los inhibidores de JAK apagan la señal que provoca el ataque autoinmune y probaron formulaciones orales del fármaco para restaurar el crecimiento del pelo en algunas personas con dicho trastorno.
En los resultados observaron que en los ratones tratados les crecía más pelo cuando el fármaco que se aplicaba tópicamente en la piel que cuando se administra oralmente. Así, vieron que en los ratones tratados durante cinco días con uno de las dos inhibidores de JAK brotaba nuevo pelo a los 10 días, lo que acelera considerablemente la fase de crecimiento del folículo piloso. En los animales no tratados no creció pelo en el mismo periodo.
Los investigadores creen que hay muy pocos compuestos que pueden promover el crecimiento de los folículos pilosos tan rápidamente. “Algunos agentes tópicos inducen mechones de pelo en zonas dispersas después de unas semanas, pero muy pocos han demostrado un efecto potente y de acción rápida”, agrego.
Referencia: Science, Science Daily