Científicos de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, han desarrollado un cerebro humano casi completo en el laboratorio a partir de células de piel humana adulta, un organoide que es igual de maduro que el cerebro de un feto de cinco semanas de edad.
El cerebro es aproximadamente del tamaño de una goma de borrar y contiene el 99% de los genes presentes en el cerebro fetal humano.
Un organoide de este tipo permitirá realizar pruebas éticas, más rápidas y precisas para probar medicamentos experimentales antes de las fases de ensayo, como para enfermedades tan como el alzhéimer o el párkinson y avanzar en el conocimiento de las posibles causas genéticas y ambientales de la mayoría de los trastornos del sistema nervioso central.
«No sólo podemos ver cómo se desarrolla un cerebro, sino también sus diversos tipos de células que expresan casi todos los genes de un cerebro. Desde hace muchos años, añade, «hemos tratado de resolver problemas complejos de la enfermedad cerebral y, ahora, este modelo tiene un grandísimo potencial para la salud humana, ya que nos ofrece más y mejores opciones para probar y desarrollar terapias en modelos diferentes a los animales», dijo René Anand responsable de la investigación.
Hace cuatro años, tras fracasar con una prometedora molécula para el autismo después de sus ensayos en ratones, Anand decidió fabricar su propio modelo de biología neuronal humana. Su réplica del cerebro humano es casi perfecta; ‘casi’ por que carece de un sistema vascular. Pero contiene una médula espinal, las principales regiones del cerebro, múltiples tipos de células, la señalización de circuitos e incluso una retina.
Sus aplicaciones en la investigación médica son, según Anand, múltiples. Por ejemplo, en las enfermedades del sistema nervioso central permitirán estudios de susceptibilidad para determinar las causas genéticas o puramente ambientales. Por ejemplo, «la ciencia genómica infiere que hay hasta 600 genes que dan lugar al autismo, pero, hasta aquí llegamos. Las correlaciones matemáticas y los métodos estadísticos son insuficientes para, por sí mismos, identificar la causalidad. Por eso, es necesario un sistema experimental; es decir, un cerebro humano».
La base de este nuevo organoide es el trabajo de Shinya Yamanaka, Premio Nobel de Medicina de 2012, sobre la capacidad de reprogramar células de la piel adultas en células pluripotenciales, es decir, células madre inmaduras que pueden ser programadas para convertirse en cualquier tejido del cuerpo.
Referencia: Universidad Estatal de Ohio