Microsoft ha llevado a cabo un estudio para aprender cómo la tecnología está afectando la capacidad de atención de las personas que lo utilizan. En el año 2000, el nivel de atención medio de una persona era de 12 segundos, en 2013, esta capacidad descendió a sólo 8 segundos, un segundo menos que los peces de colores.
Como parte de la investigación, los científicos señalan que hay tres tipos de atención en los humanos, la sostenida (atención prolongada), la selectiva (donde se puede mantener el enfoque a pesar de las distracciones) y la alterna (la cual cambia entre las tareas o estímulos).
En el estudio encuestaron a 2000 canadienses donde además se le monitoreó su la actividad cerebral por medio de electroencefalogramas (EEG). Las encuestas consistían en hacer preguntas y juegos que habían sido diseñados específicamente para medir la capacidad de atención en un tiempo determinado.
Las exploraciones EEG se realizaron mientras los voluntarios observaban diferentes tipos de comunicaciones y participan en diversas actividades, tanto al enfocarse como cuando la atención vagaba de un tema a otro. Afirmando que, los encuestados que poseían un estilo de vida más tecnológico, necesitaban de un esfuerzo mayor para centrarse en ambientes donde se requiere una atención prolongada.
Entre otros resultados destacan que la falta de atención no es cuestión de edad, pues los jóvenes de entre 18 y 24 años se vieron especialmente afectados. Encontrando que el 77% de los jóvenes revisa su teléfono cuando no está “haciendo nada”, el 19% de los usuarios online abandonan una actividad en los primeros 10 segundos, que el 52% checa su teléfono al menos 1 vez cada 30 minutos y que 73% es lo último que hace antes de dormir.
Concluyendo que aquellos que tienen menores tiempos de atención se caracterizan por consumir un alto volumen de información, como los usuarios de social media, de multi-pantallas y como los early-adopters de la tecnología.
Sin embargo no todo es malo, la encuesta muestra también que la adopción de tecnología está entrenando nuestro cerebro a procesar información de una manera más rápida y concisa. Nos estamos volviendo cada vez mejores en alternar nuestra atención entre actividades, aprendiendo a concentrarnos mucho en cortos períodos de tiempo. Ahora nos cuesta menos concentrarnos al cambiar de tarea.