Nuestros amigos de DeMemoria nos cuentan cómo una serie de sucesos podría hacernos pensar que Thomas Alva Edison no era el genio que quizá todos pensábamos.
La historia de Thomas Alva Edison que muchos hemos escuchado como una figura de inspiración por ser el genio inventor del foco, el fonógrafo y el kinescopio, entre otras grandes innovaciones tecnológicas parece cada vez más insostenible, tanto que algunos acusan al inventor de ser únicamente un charlatán.
Thomas Alva Edison ‘El mago de Menlo Park’
La imagen de Edison, desde que inventó el kinescopio en el siglo XIX, se trabajó bajo el ideal del individuo estadounidense ingenioso y autosuficiente, incluso los periódicos de la época lo representaron como un mago y lo apodaron como “Wizard of Menlo Park”, un nombre que jamás le molestó.
La relación entre los medios y el inventor era recíproca, su nombre aseguraba la venta de periódicos y la difusión de la prensa le ayudaba a promover sus inventos, esta práctica hizo que Thomas Alva Edison se convirtiera en un mito que hoy está siendo cuestionado por más de uno, como explica The Conversation.
¿Fue realmente un genio único?
Lo primero que se cuestiona es la idea de que era un genio único porque la evidencia histórica demuestra que no fue así, ya que inauguró su laboratorio en Menlo Park bajo un modelo de línea de producción en el que se sirvió de la participación colectiva en los procesos de invención.
El ejemplo perfecto del mito alrededor de Thomas Alva Edison es la frase más citada en el mundo del coaching motivacional:
«No fracasé, sólo descubrí 999 formas de no hacer una bombilla»
La verdad es que Edison no probó ninguna de estas formas, sino que lideró a un grupo de científicos que probó hasta el cansancio con nuevos materiales hasta que descubrieron cuál era el más adecuado para el filamento.
Pero la idea de la bombilla tampoco fue suya, otros investigadores ya habían trabajado con objetos semejantes, entre ellos Humphry Davy que usó un filamento de carbono, Warren de la Rue que experimentó con filamentos de platino y Joseph Wilson Swan que usó un filamento de papel dentro de un bulbo de cristal, como lo explica el diario El Español.
De héroe a farsante
No nos sorprende que al enterarse de que Edison no era el genio individual proclamado por muchos, algunos hayan decidido ir al otro extremo y coronarlo como el genio del fraude, la manipulación y el robo a otros inventores.
La realidad es que Edison no era precisamente un estafador, era una especie de empresario que se hizo de muchas patentes y luego las comercializó valiéndose de una imagen que se construyó a partir del poder de la prensa de la época, algo muy parecido a Steve Jobs, otro genio de la imagen púbica que decayó de la gracia de muchos.
¿Tú consideras que Thomas Alva Edison no merece ser recordado como un genio?
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