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Termina la misión del telescopio espacial Képler, al cazador de planetas

La sonda más exitosa y prolífica buscando exoplanetas se ha quedado sin energía y la misión ha terminado, anunció la NASA.

La NASA lanzó hace poco menos de diez años el telescopio Képler, el cual descubrió en su vida útil al 70% de los 3,800 exoplanetas que bien podrían tener vida como la conocemos. El telescopio se ha quedado sin combustible, sin energía y ya no es posible re-orientarlo para seguir escudriñando el espacio y para además, poder enviar imágenes a la Tierra, por lo que la misión oficialmente ha terminado.

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“Képler nos ha enseñado que los planetas son ubicuos e increíblemente diversos”, indica Jessi Dotson, quien trabaja en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffett Field, California. “Este telescopio nos enseñó cómo vemos el cielo nocturno”. Képler ha sido uno de los telescopios de investigación más prolíficos pero se ha quedado sin combustible, según el anuncio oficial de la NASA, hecho el 30 de octubre de este año. El telescopio para buscar exoplanetas se lanzó en el año 2009. Képler descubrió muchos planetas en donde podría albergarse vida potencialmente.

Cabe señalar que el anuncio no fue inesperado. Por meses Képler estuvo trabajando ya con poco combustible y los administradores de la misión pusieron al telescopio en modo de hibernación muchas veces para intentar mantener su vida operacional tanto como se pudiese. Pero al final, eventualmente, terminaría por quedarse sin energía. Hace dos semanas Képler se quedó sin energía, dijeron los miembros de la misión en la teleconferencia en donde anunciaron el fin del telescopio. “Esto marca el final de las operaciones para Képler y el final de la colección de datos científicos”, indicó Paul Hertz, cabeza de la división de astrofísica de la NASA.

Uno de los procedimientos usados por Képler para encontrar planetas fue el del “método de tránsito”, el cual busca las diferencias de brillo cuando un planeta cruza la cara de la estrella (el correspondiente exa-Sol) desde la perspectiva de la sonda. Estos cambios son muy ligeros, por lo que los oficiales de la NASA dudaban que el telescopio pudiese hacer estas mediciones. Pero Bill Borucki, de Ames, demostró después de haber sido rechazado en cuatro misiones anteriores, que la sensibilidad del instrumento era una cama de pruebas para las mediciones distantes. Borucki se retiró en el 2015.

Képler fue una misión que costó unos 600 millones de dólares, y su objetivo principal fue la caza de planetas con condiciones parecidas a la Tierra dentro de lo que es la Vía Láctea. Inicialmente Képler analizó una pequeña región del cielo, estudiando unas 150 mil estrellas simultáneamente. Este trabajo se demostró como increíblemente productivo pues logró el descubrimiento de 2,327 exoplanetas a la fecha. Los astrónomos han confirmado más de 800 planetas, más allá de nuestro sistema solar y los descubrimientos siguen produciéndose.

En mayo del 2013, sin embargo, las “ruedas” que orientaban a Képler fallaron por primera vez, y la sonda no pudo mantenerse suficientemente fija para hacer las mediciones ultraprecisas, por lo que la búsqueda de más exoplanetas terminó en ese momento. Pero la NASA halló la manera de estabilizar la sonda usando la presión de la luz del Sol y en el 2014 la Agencia aprobó la nueva misión K2. Claramente mandar astronautas a darles servicio al telescopio era inviable pues éste está a millones de kilómetros de nuestro planeta.

Durante K2, Képler estudió una variedad de objetos cósmicos entre otros fenómenos, desde cometas a asteroides en nuestro sistema solar así como incluso explosiones de supernovas, todo esto en el curso de 80 días. Aún así, la búsqueda de exoplanetas siguió de forma significativa y en la misión K2, se hallaron unos 354 más. De acuerdo con los datos encontrados, todo parece sugerir que el número de planetas sobrepasa el número de estrellas en la Vía Láctea y que planetas con características parecidas a la Tierra son mucho más comunes de lo que se pensaba. De hecho, cerca del 20% de las estrellas como el Sol en nuestra galaxia parecen hospedar planetas rocosos en la zona habitable, de forma que podrían tener agua líquida en su superficie.

Otras misiones asociadas de Képler fueron la de medir el brillo preciso de más de 500 mil estrellas, que han ayudado a los astrónomos a entender cómo funcionan las estrellas internamente. Igualmente, estudiando las supernovas, Képler ha ayudado a desentrañar los misterios de los eventos más dramáticos del Universo. Curiosamente, aunque Képler ha terminado su misión, descubrió cerca de 2,900 candidatos a exoplanetas, por lo que aún no se descartan como posibles mundos en donde pudiese haber vida.

“La muerte de Képler no es el final de la era”, dijo un ingeniero de la misión, Charlie Sobeck. “Ha logrado una marca importante y permitirá seguir con los trabajos. No es el final de esto”, declaró.

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