El Laboratorio Nacional de Oak Ridge, que depende del Departamento de Energía de los Estados Unidos, ha revelado su súper- computadora, la cual es capaz de hacer 200 mil billones de operaciones de punto flotante por segundo (200 petaflops). Esta es probablemente la súper-computadora más poderosa del planeta. La máquina, denominada Summit, es 8 veces más poderosa que el modelo anterior en el mismo laboratorio, Titán, que podía hacer en el 2012 unos 27 petaflops.
Es claro que las súper-computadoras han avanzado tanto que es fácil olvidarse que incluso nuestros teléfonos celulares, que son computadoras completas, sobrepasan en poder de cómputo a todas las máquinas de una generación pasada. No obtante esto, la máquina Titán ya era 200 mil veces más poderosa que una computadora de escritorio, por lo que la pregunta obligada es, ¿para qué queremos una máquina que es a su vez 8 veces más poderosa que ésta última?
La respuesta es que la ciencia, cuando llega a plantearse ciertos problemas y resolverlos, esto genera nuevas preguntas que en general requieren más poder de cómputo que antes, por lo que los investigadores siempre buscan tener equipos cada vez más poderosos que puedan resolver más preguntas a partir del conocimiento que se tiene en un momento dado.
No importa si se trata de meterología, física, bioquímica o inteligencia artificial. Al final del día se demanda más capacidad de cálculo que antes. Por ejemplo, podemos tratar de modelar matemáticamente una simple columna de aire y lo siguiente que tendremos es intentar modelar el patrón del clima de todo un continente. O bien una reacción nuclear calculada puede terminar siendo una simulación de una explosión de una cabeza termonuclear. El recrear una sola neurona podría llevarnos a tratar de crear un cerebro simulado de una rata.
Pero tal vez sea más importante el tener acceso a este poder de cómputo lleve a consecuencias que incluso tienen que ver con cuestiones internacionales, las cuales se traducen en una competencia mundial para ver quién hace la máquina más poderosa: Taiwan,. China, Japón, los Estados Unido e incluso Europa. Tales máquinas no solamente son fundamentales para la ciencia, sino para problemas como el predecir el clima, modelarlo, o bien, el poder desarrollar armas nucleares y tomar en cuenta un modelo de seguridad, así como el usarlas en complejos problemas de ingeniería.
La máquina Summit, que así se llama, y que es la sucesora de Titán, la cual tiene un diseño híbrido de CPUs y GPUs. Summit usa un sistema IBM AC922 que está hecho de 4,608 servidores. cada uno de estos está compuesto de 22 procesadores IBM Power9, así como de seis unidades de procesamiento gráficas Nvidia Tesla V100, interconectadas con una infnibanda de 100 Gb/s en un “dual rail Mellanox EDR”. Nada más el soportar esta arquitectura requiere de unos 10 petabytes de memoria y líneas con gran ancho de banda para poder manejar el tráfico de datos.
La máquina Summit está diseñada entonces para trabajar en investigación en la IA, en aprendizaje profundo así como para poder contestar preguntas relacionadas con las altas energías en física o en medicina.
El Laboratorio Nacional dice que Summit ayudará a los Estados Unidos a lograr lo que han llamado un ecosistema exaescalable de computación para ser usado para el año 2021. Sin embargo, las primeras tareas de esta nueva máquina empezarán el año que viene, en donde Summit ayudará al Departamento de Energía en proyectos innovadores y de alto impacto.
Summit puede hacer unos 200 mil billones de cálculos por segundo, y ya se piensa en ponerla a trabajar en estudios para entender cómo se crearon los elementos pesados de las supernovas, como el oro y el acero, las simulaciones de nuevos material es a nivel atómico y en los datos de salud que podrían permitir entender mejor cómo se está desarrollando el cáncer en las poblaciones, así como en redes neuronales que puedan entender mejor las enfermedades humanas.
“Hoy, con el lanzamiento de Summit, se demuestra la fuerza del liderazgo de los Estados Unidos en la innovación científica y en el desarrollo de la tecnología”, dice Rock Perry, secretario de energía.