D.B. Cooper es como se le bautizó a un hombre que el 24 de noviembre de 1971 secuestró un avión en Estados Unidos. Recibió un rescate de 200 mil dólares y en pleno vuelo saltó en paracaídas desde la aeronave. Aunque el nombre con el que se registró el pasajero secuestrador fue Dan Cooper, por un error de prensa se le asociaron las iniciales D.B., pero de hecho, no se sabe la identidad del este personaje.
Cooper se convertiría en un verdadero misterio que lleva 45 años sin ser resuelto. Muchos sospechosos (alrededor de 1000) han sido estudiados por el FBI sin que aún se sepa quién saltó (por vez primera) de un avión comercial. Los 200 mil dólares siguen perdidos y hace unos años se hallaron unos 5800 dólares semi destruidos aproximadamente a doce metros de la orilla del río Columbia a ocho kilómetros al noroeste de Vancouver (Washington), pero el resto del dinero no se sabe nada.
Ahora una banda de científicos aficionados, seleccionados por el FBI de Seattle, está buscando nuevas pistas para finalmente intentar resolver este misterio de la historia de la aeronaútica estadounidense. Lo que están haciendo es pedir ayuda al público para ver si hallan pistas potenciales a DB Cooper y la industria aeroespacial de principios de los años 70 del siglo pasado.
El equipo científico ha analizado las partículas removidas del clip de la corbata que dejó Cooper después de que secuestró un jet de pasajeros de la empresa Northwest Orient, en noviembre de 1971. Usando un poderoso microscopio de electrones, localizó mas de 100 mil partículas de una vieja corbata de la empresa JC Penny. «Estas partículas son lo que llamamos elementos ratos y se usan en campos muy estrechos de la industria para cosas muy específicas», dijo Tom Kaye, el líder de la investigación.
Kaye dice que el grupo de trabajo está intrigado por los hallazgos, porque los elementos identificados se usaban raramente en 1971, el tiempo en el que Cooper hiciera su «hazaña» de saltar en paracaídas de este avión comercial. Un posible lugar en donde estos elementos podrían haberse encontrados sería en el avión supersónico de alta tecnología de Boeing, que estaba siendo desarrollado con fondos gubernamentales en los años 1960s y 1970s. Kaye sospecha sobre la posibilidad de que Cooper hubiese sido un empleado de Boeing (o alguien que trabajaba para Boeing, el cual usaba corbatas para ir a ese lugar).
Kaye indica también que Boeing ha desarrollado monitores ultra finos, como pantallas de radar, los cuales han sido usados por algunos elementos hallados en la corbata. Por ello piden la ayuda del público, sobre todo de personas que tengan experiencia en la industria aeroespacial en el noroeste Kaye ha puesto una lista de las partículas halladas (vamos, de los materiales con las que están compuestas las mismas), encontradas en la corbata de Cooper.
Los científicos quieren escuchar las posibles teorías que el público podría tener sobre cómo es que estos materiales aparecieron en la corbata y esperan que esto pudiese ayudar para crear un perfil más cercano a la realidad, logrando quizás finalmente poderlo identificar. «Quizá alguien sea capaz de ver el listad de partículas y diga ‘Dios mío, yo sé lo que significa traer este tipo de partículas en la corbata», dice Kaye.
El caso -por cierto- está oficialmente cerrado pro el FBI. Están claramente frustrados por la falta de pruebas creíbles. En el 2009, sin embargo, permitió al equipo de Kaye acceso a la evidencia del caso en un hecho sin precedentes. Kaye dice que seguirán investigando aunque es poco probable que el FBI decida re-abrir el caso.
Referencias: Citizen sleuths, Kare 11