El reloj atómico del espacio profundo de la NASA será lanzado desde Florida el 22 de junio a bordo del cohete de SpaceX Falcon.
Esta pieza de la tecnología podría cambiar la manera en la que se navega el sistema solar e incluso cómo mandamos astronautas a Marte y más allá.
Se construyó en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California, y el plan es mostrar que con esta tecnología una nave podría navegar de forma autónoma en el espacio profundo.
El reloj atómico recién creado no es más grande que un tostador y será probado en el espacio, en una órbita fija, con la meta de que esté listo para futuras misiones a otros mundos.
Algunos hechos relevantes sobre este reloj atómico son:
Trabaja como un GPS
El reloj es muy parecido a los relojes atómicos con los que los seres humanos interactuamos todos los días cuando usamos los teléfonos celulares.
Los relojes atómicos en los satélites permiten que las apps que usan el GPS de los celulares puedan llevar a alguien del punto A al B, calculando en donde está uno en la Tierra basado en el tiempo que tarda la señal en viajar del satélite al teléfono
Las naves espaciales no tienen GPS para ayudarse a localizarse a sí mismas en el espacio profundo. En lugar de eso, los equipos de navegación se basan en los relojes atómicos en la Tierra para determinar los datos de localización.
Mientras más lejos se está de la Tierra, más tiempo tarda la comunicación. El nuevo reloj de la NASA es el primer reloj atómico diseñado para volar en una nave espacial que podría estar más allá de la órbita terrestre, mejorando dramáticamente el proceso
Ayudará a las naves a navegar autónomamente
Navegar en el espacio profundo supone el uso de antenas gigantes en la Tierra para mandar señales a la nave, que a su vez responden a las peticiones en nuestro planeta.
Los relojes atómicos en la Tierra miden el tiempo que tarda una señal en hacer este viaje de ida y vuelta. Solamente entonces, los navegadores humanos en la Tierra pueden usar estas grandes antenas para decirle a a nave dónde está y a dónde ir.
Pero si queremos que los seres humanos exploren el sistema solar, necesitamos una manera mejor y más rápida para saber dónde se está.
El reloj atómico del espacio profundo podría recibir la señal de la Tierra y determinar su posición inmediatamente con los instrumentos a bordo. Cabe decir que la precisión del reloj atómico es de 1 segundo de error en 9 millones de años.
Cualquier reloj atómico tiene que ser increíblemente preciso para ser usado en este tipo de navegación: un error de un solo segundo puede ser la diferencia de aterrizar en Marte o no llegar al planeta.
En pruebas en tierra, el reloj atómico probó ser hasta 50 veces más estable que los relojes atómicos en los satélites con GPS. Si la misión puede demostrar esta estabilidad en el espacio, tendremos uno de los relojes más precisos en el universo.
Mantiene su precisión temporal gracias a que usa iones de mercurio
Los relojes digitales y los atómicos miden el tiempo de formas similares: midiendo las vibraciones de un cristal de cuarzo. Un puso eléctrico se manda al cuarzo y este vibra.
Esta vibración continua actúa como un péndulo en el viejo reloj del abuelo, midiendo cuanto tiempo ha pasado. Pero un reloj digital común puede perder muchos segundos en un tiempo relativamente corto.
Un reloj atómico usa los átomos para medir el tiempo y ayuda a mantener la precisión tan alta en sus medidas de la vibración del cuarzo. La longitud de un segundo se mide por la frecuencia de la luz que se libera en átomos específicos, los cuales son los mismos en todo el universo. Pero los átomos en los relojes actuales son muy sensibles a campos magnéticos externos y a cambios de temperatura.
El reloj atómico del espacio profundo usa iones de mercurio -menos de los que se encuentran en dos latas de atún- que están contenidos en trampas electromagnéticas. Usando un dispositivo interno para controlar los iones, hace que la interacción de fuerzas externas sea menor y por lo tanto, menos vulnerable a los cambios.
Se lanzará desde el Falcon de SpaceX
El reloj atómico del espacio profundo volará en un satélite de pruebas de manera que estará orbitando la Tierra. El cohete Falcon lanzará otras dos docenas de otros satélites para las tarea de investigación, gobierno y milicia. Se espera que, si todo va de acuerdo al plan, se manden el 22 de junio del 2019 al espacio.