En un condominio de lujo en Miami, todos los vecinos con perro están obligados a registrar el ADN de sus animales en una base de datos para evitar que sus dueños no recojan sus heces cuando los llevan a pasear. La medida inspira a las ciudades para implementarla y evitar un ambiente nocivo.
¿Alguna vez se han irritado cuando se enteran que un vecino lleva a defecar justo en la entrada de sus hogares? En ocasiones uno no puede ir a reconvenir a ningún sospechoso por que no existe prueba alguna de su culpabilidad; sin embargo, un condominio de lujo encontró la solución a este problema.
Los condominios “Orlando Vue” son unas instalaciones pensadas para la gente más poderosa de la zona; no obstante, algunos malos hábitos no se quitan ni con una gran chequera, por lo que las autoridades del lugar han comenzado a tomar medidas para evitar que la vista se contamine con un camino pavimentado de “regalitos” de perro.
Una vez que alguien encuentra un desperdicio animal, éste lleva una muestra a un laboratorio y examinan su ADN para cotejarlo con una base de datos y encontrar al culpable de tan atroz crimen. Una vez identificado el dueño del perro en cuestión, se da lugar a una reprimenda económica que les quitará las ganas de volver a dejar las heces de su perro en las instalaciones del condominio.
Los laboratorios a cargo de las pruebas de ADN y el ingreso de información en la base de datos son parte de una compañía de Tennessee conocida como “PooPrints” especializada en el ramo.
Las medidas vienen a partir de que los vecinos intentaron evitar estos “crímenes” con la instalación de cámaras de seguridad con la esperanza de poder atrapar de manera in fraganti al “agresor”; sin embargo, éstos no prosperaron, por lo que los vecinos del condominio tuvieron que acudir a la ciencia para resolver el escatológico problema.
Con este tipo de formas de prevención, ¿no estaría mal que los gobiernos de las principales ciudades del mundo implementaran un sistema similar?
Referencias: GeekoSystem, LiveScience.