Actualmente, los relojes y bandas de salud y ejercicio miden los pasos, el ritmo cardiaco y hasta la calidad del sueño de las personas. Y los usuarios, obsesionados con la información, suelen compartirla con los expertos pero: ¿qué dicen los médicos al respecto?
Neel Chokshi, director de medicina de Cardiología Deportiva y Programa de Entrenamiento en Penn Medicine ha hecho una serie de estudios entre los consumidores y sus dispositivos de medición de salud.
De acuerdo con Chokshi, mientras que algunos datos de estos dispositivos pueden ser útiles, la mayoría de la información no lo es.
«Mi hipótesis es que las bandas de salud pueden ser útiles para los doctores. Lo que pasa es que aún no hemos aprendido a usarlas apropiadamente«, dice el experto.
«No le hemos dicho a los médicos cómo usar esta información. Los doctores no aprendieron nada de esto en sus estudios universitarios», dice el galeno.
En un estudio publicado en el MIT Technology Review, se encontró que los médicos de un número de especialidades no estaban seguros de cómo usar algunas métricas, por ejemplo, los pasos que da una persona por día.
La oferta de plataformas de salud
Los usuarios de relojes como el de Apple tienen una app de salud que los desarrolladores pueden usar a través de la plataforma HealthKit, que incluso sirve para almacenar registros médicos, los datos de laboratorio y las medicación a la cual se somete a los pacientes.
Los usuarios de Android tienen Google Fit para ayudarse y los doctores pueden analizar las tendencias de la salud personal de los pacientes.
Por otra parte, los dispositivos como Fitbit o Garmin, pueden monitorear el pulso cardiaco y notificar si es demasiado alto o bajo.
Y aunque hay historias sobre cómo estas mediciones salvaron la vida de algunos usuarios, estos beneficios solamente se notan en casos extremos aunque, desde luego, no se puede minimizar su posible utilidad.
«Como clínico, puede ser complicado usar esta información de los dispositivos porque no es muy clara y la interpretación puede ser confusa. Otras veces ocurre que hay pacientes que llevan casi una bitácora de los datos que entrega su dispositivo de salud, lo que tampoco hace que el diagnóstico pueda ser más claro por ello», aseguró Chokshi
¿Qué tan precisos son?
La medición de la actividad cardiaca, que es la joya de la corona en los dispositivos de salud, tiende a ser la medida más precisa, de acuerdo a un estudio de Stanford, que examinó la precisión de los siguientes aparatos: Apple Watch, Basis Peak, Fitbit Surge, Microsoft Band, Mio Alpha 2, PulseOn y el Samsung Gear S2.
Pero hay un gran margen para el error tecnológico porque la medición se hace en la muñeca y no en el pecho, por ejemplo.
Con respecto al consumo de energía, es decir, las calorías quemadas, el estudio encontró que ninguno de los dispositivos da una medición adecuada.
«Se necesita mas precisión en la información antes de poder tomar en cuenta la misma en las decisiones médicas», dice Ripley Hollister, un especialista en medicina familiar que es miembro de la Fundación de Médicos en los Estados Unidos.
Hollister también indica que la raza, el peso e incluso si la paciente está embarazada, son factores que pueden sesgar la información que presentan y miden los dispositivos.
Pero quizás lo importante es cómo los pacientes se toman las mediciones y el resguardo de los datos que se obtienen de sus dispositivos.
De acuerdo a Chokshi, «los pacientes que vienen con datos confiables y precisos de su condición particular, pueden servir para acelerar el diagnóstico y tratamiento, sobre todo en una emergencia médica».
Entonces ¿son útiles o no?
Para algunos médicos, sobre todo los cardiólogos, estas bandas de salud son dispositivos pre-clínicos, que permiten a los médicos tomar decisiones basadas en algunos datos medidos y entregados por los propios pacientes.
Pero por el momento, ninguno de estos aparatos es de «soporte de vida», es decir, no se usan para mediciones extremadamente importantes como ocurre cuando uno se encuentra en un hospital conectado a algunos aparatos de medición del cuerpo humano.
Y mientras no ocurra esto, es todavía temprano para pensar que son tan útiles para la salud como las compañías que los fabrican nos quieren hacer ver.
La buena noticia es que las empresas implicadas en este nicho de mercado están ya experimentando con Inteligencia Artificial para ayudarse a las mediciones que ya hacen con sus dispositivos.
Además, la FDA aprobó ya el uso de tecnología en la nube y de IA para ayudar a los doctores en sus decisiones basadas en las lecturas cardiacas, por ejemplo.