La hemorragia es la fuga de sangre fuera de su camino normal dentro del sistema cardiovascular provocada por la ruptura de vasos sanguíneos como venas, arterias y capilares. Éstas pueden ser internas o externas, y en general las principales medidas a realizar ante una hemorragia externa es la presión directa para cohibir la hemorragia, aunque el empleo de torniquetes debe estar restringido a hemorragias masivas por el riesgo de necrosis del miembro sangrante. La pérdida de un volumen grande de sangre solo se suple con transfusión de la misma.
Las plaquetas sintéticas están hechas de diminutas estructuras conocidas como hidrogeles, que pueden ser inyectados en el torrente sanguíneo donde circulan hasta que son activados por los propios procesos de coagulación del cuerpo. Una vez activada la coagulación, las partículas, que son de aproximadamente un micrón de diámetro, se cambian de forma para crear una película delgada que ayuda a contener las hemorragias en las heridas.
La formación de coágulos de sangre por las plaquetas artificiales son activados por el mismo factor que inicia en el proceso de coagulación natural. En modelos animales, las plaquetas sintéticas redujeron el tiempo de coagulación en aproximadamente un 30%, aunque los materiales todavía no se han probado en seres humanos.
“La idea es tener esta tecnología en situaciones de emergencia como accidentes y campos de batalla, ofreciendo un biomaterial capaz de encontrar el lugar del sangrado y aumentar en el cuerpo los procesos de coagulación propios, simultáneamente, el material ayudara a instruir a la bioquímica y biofísica de la estructura del coágulo para que pueda regir la posterior cicatrización“, dijo Thomas Barker, profesor asociado en el Wallace H. Coulter Departamento de Ingeniería Biomédica en la Georgia Tech y la Universidad de Emory.
Las plaquetas artificiales hasta ahora se han probado en ratas utilizando in vitro sistemas endoteliales simulados en el laboratorio. El trabajo esta iniciando pero los investigadores prevén un dispositivo inyector del tamaño de un iPhone que pueda llevarse en el bolsillo y auto administrarse en el torrente sanguíneo en su forma inactiva hasta que inicie la cascada de coagulación haciéndolo más eficiente.
Referencia: Georgia Tech