¿Medicamento inteligente? La compañía Proteus Biomedical ha desarrollado píldoras con microchips comestibles tan pequeños como un grano de arena, que recuerda a los pacientes cuando es su siguiente dosis.

El microchip, está compuesto de materiales no tóxicos. Su funcionamiento es parecido al de las baterías hechas con una papa. Cada cápsula contiene una diminuta cantidad de cobre y magnesio, al contacto con los líquidos del estómago, se genera un voltaje en una frecuencia muy concreta que es enviada a un parche receptor que se coloca en el brazo de los pacientes para recordarles las horas y dosis de sus próximos medicamentos, incluso informar a su médico cuando se lo han tomado.

Esta información, junto con datos sobre la temperatura del cuerpo y la frecuencia cardiaca, se transmiten de forma inalámbrica a los teléfonos inteligentes o computadora.

La incorporación de estas píldoras inteligentes en un régimen médico normal se espera que aumente el cumplimiento del paciente con el uso adecuado de la medicación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 50% de los pacientes no toman sus medicamentos correctamente.

El lanzamiento de las píldoras inteligentes se espera en el mes de septiembre por la compañía Lloydspharmacy en el Reino Unido bajo el nombre de Helius, con un costo de € 60 al mes. Steve Gray, director de Lloydspharmacy, dijo: “Es un gran problema que los medicamentos no se tomen correctamente. Cualquier persona que tome varios medicamentos sabe lo fácil que se puede perder la pista de si se ha tomado o no las pastillas correctamente ese día. A esto se añaden los complejos problemas de salud y las familias que cuidan a sus seres queridos y que no pueden vivir con ellos, por lo que se puede apreciar los beneficios de un servicio de información que ayuda a los pacientes ha obtener el máximo de sus tratamientos.”

Mientras tanto, el director ejecutivo de Proteus Biomedical, Andrew Thompson, agregó: “Lo que sabemos es que hemos creado muchos productos farmacéuticos, con un gran potencial, pero gran parte de ese potencial no se realiza debido a que estos medicamentos no están siendo utilizados adecuadamente”.

La historia de este tipo de píldoras se remonta a los años 80. Cuando la NASA desarrolló los primeros termómetros ingeribles para medir la temperatura interna de los astronautas.