Un equipo de musicólogos y programadores trabajan en una versión completa de una obras, la décima sinfonía, completando las notas faltantes usando IA. Esto ocurre cerca del aniversario 250 del nacimiento del compositor, que será el próximo año.
«El progreso ha sido impresionante, incluso a sabiendas que la computadora tiene aún mucho que aprender», dijo Christine Siegert, quien encabeza los archivos en la Casa de Beethoven, en el pueblo natal del compositor, Bonn.
Siegert dijo que estaba convencida de que Beethoven habría aprobado el trabajo que se está haciendo, ya que él fue un innovador en su tiempo, citando para esto sus composiciones parta panharmonicon, un tipo de órgano que reproduce los sonidos de los instrumentos de viento y percusión.
El resultado final de este proyecto se interpretará por toda una orquesta el 28 de abril en Bonn, una pieza central de las celebraciones para un compositor que definió la era romántica de la música clásica.
«Estamos completamente en un nuevo territorio», dijo Dirk Kaftan, director de la Orquesta Beethoven, quien interpretará la pieza. Hay -curiosamente- críticos de este proyecto, quienes están preocupados por la protección del legado de Beethoven.
El compositor empezó a trabajar en su décima sinfonía junto con la novena, que incluye la famosísima «Oda a la alegría». Pero dejó pronto el trabajo en su décima sinfonía, dejando unas notas y borradores a la edad en que murió, 57 años.
El proyecto incluye una red neuronal de aprendizaje de máquina, que ha alimentado todo el trabajo de Beethoven y ahora -se supone- estaríamos hablando de poder concluir el trabajo de la décima sinfonía gracias a la IA y al estilo del compositor, que habría sido capturado de alguna manera por la red neuronal. Deutsche Telekom es la empresa que patrocina este proyecto.
El equipo de trabajo dijo que los primeros resultados, hace un par de meses, se veían repetitivos y mecánicos, pero que las últimas composiciones de la red neuronal se escuchaban más prometedoras.
Pero Barry Cooper, un compositor y musicólogo británico, quien escribió incluso un primer movimiento hipotético para el primer movimiento de la décima sinfonía, en 1988, tiene sus dudas.
«Escuché un pequeño fragmento que había sido creado por la computadora y no sonaba ni remotamente como una reconstrucción convincente de lo que Beethoven quería hacer», dijo Cooper, profesor de la Universidad de Manchester y autor de muchos trabajos sobre el famoso músico, pero aclaró: «hay, sin embargo, margen para mejorar en el futuro».