La exploración de los planetas tiene muchas dificultades. Por una parte tenemos que las distancias entre ellos hacen que nuestras sondas tarden desde muchos meses a muchos años. Pero por otro lado, las condiciones climáticas de algunos hacen muy complicado que las sondas puedan ser funcionales por un tiempo razonable.
Por ejemplo, las misiones a Marte han sido relativamente exitosas porque se desarrollaron circuitos basados en silicón, capaces de sobrevivir al entorno marciano inclusive por años. Ahora la NASA espera poder tener resultados similares pero en Venus, desarrollando circuitos que puedan soportar por más de 520 horas las increíbles condiciones hostiles del segundo planeta del sistema solar, sin necesidad de sistemas especiales de enfriamiento o de protección.
Venus, alguna vez se pensó, fue uno de los dos lugares más factibles en el sistema solar para alojar vida, pero las sondas Mariner y Venera, de los años 60 y 70 del siglo pasado mostraron otra realidad. En lugar de un mundo habitado por dinosaurios como pensaban los escritores de ciencia ficción, las dos sondas no tripuladas hallaron un planeta cuyas temperaturas son de unos 460 grados centígrados en promedio, con un atmósfera de dióxido de carbono que es 94 veces más pesada que la de la Tierra y en donde las lluvias de ácido sulfúrico son comunes. Vamos, esto mes lo más parecido al infierno.
A pesar de todo esto, las misiones soviéticas Venera intentaron aterrizar en Venus en más de una ocasión, y lo consiguieron con éxito, aunque esa palabra debe usarse con cuidado, ya que las naves enviadas usaron sistemas muy complejos para proteger y enfriar los circuitos electrónicos que permitían la comunicación con las naves. Ninguna de esas pudo sobrevivir más de 127 minutos en la superficie de Venus debido a las condiciones terribles del entorno.
De acuerdo a la NASA, incluso una sonda construida con la tecnología de 2017 podría apenas soportar un par de horas. Hay muchas razones para ello, pero el factor clave es la electrónica usada en la sonda. Así como las primeras naves a Marte no pudieron soportar las condiciones del ambiente marciano, debido a los primitivos circuitos que se usaron desde 1950, los nuevos circuitos basados en silicón podrán operar en Venus por breve tiempo si se protegen adecuadamente.
La respuesta de la NASA es el desarrollo de nuevas tecnologías que podrían ser la base para nuevas investigaciones en Venus. Un equipo de la agencia, cuya base está en Cleveland, Ohio, produjo semiconductores integrados de silicón-carbide, en donde se simularon las condiciones venusinas en el GEER (Glenn Extreme Environment Rig).
Lo que el equipo halló es que, sin protección especial, los nuevos circuitos podrían sobrevivir unas 521 horas, lo cual es un avance notable a los 127 minutos de las naves Venera. De acuerdo con la NASA, los circuitos funcionaron aún después de ponerlos en un entorno simulado tan hostil. Circuitos similares fueron originalmente desarrollados para operar dentro de los motores de las naves y han sobrevivido 1000 horas a temperaturas de unos 482 grados centígrados en la atmósfera terrestre.
«Este trabajo no solamente permite que el potencial de la nueva ciencia se extienda a la superficie de Venus y otras partes de la exploración planetaria», dice Gary Hunter, investigador principal del desarrollo de la electrónica para la superficie de Venus, «pero tiene el potencial de ser aplicable a un rango de aplicaciones terrestres, como motores de avión que podrían tener nuevas capacidades, mejoras en la operación y además, reducir sus emisiones».
La investigación se publicó en AIP Advances.