Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon y el MIT postulan que mediante un sencillo análisis de sangre podrán reemplazar las biopsias invasivas, esto gracias a un nuevo dispositivo que utiliza ondas sonoras para ubicar y separar las células cancerosas que circulan en la sangre de los pacientes.
Las células cancerosas con frecuencia se separan de su ubicación original y circulan por el torrente sanguíneo, pero encontrarlas ha sido desafiante porque podría haber sólo una célula de este tipo en cada 1.000 millones de células sanguíneas en la muestra.
La clave para esta nueva técnica se centra en las características de las células tumorales, cuyo tamaño y compresibilidad son muy diferentes al del resto de componentes de la sangre. Esto permite montar un laboratorio en un chip, término utilizado cuando un microprocesador es capaz de efectuar las funciones de todo un laboratorio.
Así, la muestra de sangre (de unos 5 mililitros) se coloca en uno de estos microprocesadores, del tamaño de un céntimo. En él se producen ondas acústicas que, con suavidad, generan la fuerza suficiente para separar las células tumorales del resto. Esto es posible porque los investigadores pudieron calcular la trayectoria en la que estas células serían propulsadas para así recogerlas, intactas, en una especie de canal.
Las células tumorales circulantes que extrae el chip son aquellas que se desprenden de los tumores y viajan por el torrente sanguíneo. Aunque en ocasiones se acumulan en algún órgano, produciendo metástasis, su análisis también abre una puerta a nuevas y mejores formas de diagnóstico. Y es que, hasta ahora, la biopsia era la única opción para saber si un tumor era cancerígeno o su predisposición genética a responder ante diferentes tipos de tratamiento. Sin embargo, la nueva tecnología permitiría obtener toda esta información con un simple análisis de sangre.
Actualmente esta nueva tecnología tiene, todavía, algunas limitaciones, ya que aun es necesario extraer los glóbulos rojos de la muestra, lo que dificulta y ralentiza el análisis. Sin embargo, los prototipos iniciales tardaban hasta 60 horas en dar resultados, ahora las últimas versiones del chip necesitan solo cinco horas.
“Hasta ahora se necesitaba marcar las células mediante anticuerpos, lo cual las altera químicamente. El sonido no modifica las células tumorales, se podrá obtener más información sobre la naturaleza de las metástasis de la que se tiene actualmente», dijo Subra Suresh, responsable de la investigación.
Referencia: PNAS