Cuando se presenta la opción, la mayoría de los pacientes prefieren tomar un medicamento por vía oral en lugar de recibir una inyección. Desafortunadamente, muchos medicamentos, especialmente aquellos hechos de proteínas grandes, no se pueden dar como una píldora, ya que se descomponen en el estómago antes de que puedan ser absorbidos.
Para ayudar a superar este obstáculo, los investigadores del MIT y del Hospital General de Massachusetts han ideado un nuevo fármaco recubierto con pequeñas agujas que pueden inyectar medicamentos directamente en el revestimiento del estómago después de su ingestión.
En los estudios, el equipo encontró que la cápsula administró insulina de manera más eficiente que la inyección bajo la piel.
“Esto podría ser una manera de que el paciente puede eludir la necesidad de contar con una infusión o administración subcutánea de un fármaco,” dice Giovanni Traverso, uno de los autores principales del artículo.
Asimismo, los investigadores anticipan que la cápsula, además de la insulina, sería útil para la entrega de vacunas, ADN recombinante, ARN y anticuerpos que, por ejemplo, se utilizan para tratar el cáncer y enfermedades auto inmunes como la artritis y la enfermedad de Crohn.
Los científicos han intentado diseñar micropartículas y nanopartículas que pueden ofrecer productos biológicos, pero tales partículas son costosas de producir y requieren una nueva versión para ser diseñado para cada fármaco.
Traverso y sus colegas se propusieron diseñar una cápsula que serviría como plataforma para la prestación de una amplia gama de productos terapéuticos, prevenir la degradación de los fármacos, e inyectar la carga útil directamente en el revestimiento del tracto gastrointestinal.
La cápsula prototipo diseñada de acrílico tiene un tamaño de 2 centímetros de largo por un 1 centímetro de diámetro, se encuentra con un revestimiento sensible al pH, un depósito para el medicamento y agujas de acero inoxidable en un hueco de aproximadamente 5 milímetros de largo.
Los estudios previos de la ingestión accidental de objetos afilados en pacientes humanos han sugerido que podría ser seguro para tragar una cápsula recubierta con agujas cortas. Debido a que no hay receptores de dolor en el tracto gastrointestinal.
Para probar si este tipo de cápsula podría permitir la entrega de segura del fármaco, los investigadores probaron la capsula en cerdos, con la insulina como activo. Encontrando que las microagujas inyectaron con éxito el medicamento en el revestimiento del estómago, el intestino delgado y el colon, causando un declive de los niveles de glucosa en los animales más rápido que cuando se administra por inyección subcutánea. Todo sin esto sin ningún rastro de daño a los tejidos.
Ahora el equipo planea modificar la cápsula de manera que el peristaltismo o contracciones del tracto digestivo, puedan exprimir lentamente el fármaco fuera de la cápsula a medida que viaja a través del tracto. Así como también en cápsulas con agujas hechas de polímeros degradables que se desprendan e incrusten en el recubrimiento de los intestinos, donde serían lentamente desintegradas para liberar el fármaco.
Referencia: Journal of Pharmaceutical Sciences