Space X acaba de publicar un video en el que su cohete Grasshopper llegó a los 325 metros después de despegar; luego, regresó al suelo de forma muy coordinada y sin contratiempos. El Grasshopper llega más alto con cada lanzamiento y según la compañía, esta vez el aterrizaje fue “más preciso” que los anteriores.
El Grasshopper es un enorme vehículo que despega y aterriza de forma vertical y está diseñado para probar la tecnología que pretende regresar los cohetes intactos a la Tierra sin que se quemen al entrar en la atmósfera. Además de estar diseñado para resistir el reingreso, se pretende que pueda hacer un aterrizaje preciso de forma vertical.
Para llegar a esa precisión, el Grasshopper utilizó completamente su sistema de navegación con el F9-R closed loop control flight algorithms que hace que el cohete pueda aterrizar de forma más precisa y sencilla. Los lanzamientos anteriores también hacían uso de los sensores, pero con ninguno se había logrado el nivel de exactitud de esta nueva prueba.
Después de la desastrosa actuación de un cohete ruso que acabó en un incidente explosivo en Kazajstán, los niveles de precisión del Grasshopper son una agradable noticia de un gran avance en los sistemas de navegación. Al menos en el video, este cohete funciona tan bien que ante los ojos de cualquier espectador parecería que los procesos de despegue y aterrizaje son algo tan sencillo como manejar un coche automático.
Referencias: Space X (YouTube)