Investigadores del MIT y del Hospital Brigham han desarrollado un nuevo tipo de nanopartículas que se pueden suministrar por vía oral para que se absorban a través del tracto digestivo, permitiendo tratar enfermedades específicas ahora sin la necesidad de recibir inyecciones.
Las drogas transportadas por nanopartículas representan una promesa para los tratamientos dirigidos de muchas enfermedades, incluyendo el cáncer y la diabetes. Sin embargo, hasta el momento las partículas debían ser inyectadas a los pacientes, lo cual ha limitado su utilidad.
En el estudio los investigadores usaron las partículas para hacer una demostración de administración por vía oral de insulina en ratas. Pero aseguran que las partículas pueden ser usadas para transportar cualquier tipo de droga que pueda ser encapsulada en una nanopartícula.
Las nuevas nanopartículas están recubiertas por anticuerpos que actúan como una llave para “abrir” los receptores que se encuentran en las superficies de las células que conforman el intestino, lo cual permite que las nanopartículas atraviesen las paredes intestinales e ingresen al torrente sanguíneo.
“Si uno fuera un paciente y pudiera elegir, no hay dudas: los pacientes siempre preferirían medicamentos que pueden tomar por vía oral”, afirma Robert Langer, profesor en el MIT.
En la actualidad se están realizando estudios clínicos con diversos tipos de nanopartículas que transportan fármacos quimioterapéuticos o ARN de interferencia, que puedan “apagar” genes específicos para tratar el cáncer y otras enfermedades. Estas partículas aprovechan el hecho de que los tumores y otros tejidos enfermos están rodeados por vasos sanguíneos con pérdidas. Luego de que las partículas son inyectadas por vía intravenosa a los pacientes, éstas se filtran a través de las fugas de los vasos sanguíneos y liberan su carga en el lugar del tumor.
Para que las nanopartículas puedan ser tomadas por vía oral, es necesario que puedan atravesar las paredes intestinales, que están hechas de una capa de células epiteliales que se unen para formar una barrera impenetrable llamada “uniones ocluyentes”.
“El desafío clave es saber cómo hacer que una nanopartícula atraviese esta barrera de células”, explican los científicos.
Para desarrollar las nanopartículas que pueden atravesar la barrera de manera selectiva, los investigadores aprovecharon los hallazgos de un trabajo anterior que revelaba cómo los bebés absorben los anticuerpos de la leche materna, para incrementar sus propias defensas inmunes. Esos anticuerpos se aferran a un receptor de la superficie celular llamado FcRN, que les garantiza el acceso a través de las células de la pared intestinal hacia vasos sanguíneos adyacentes.
Por este motivo, los científicos recubrieron sus nanopartículas con proteínas Fc (la parte del anticuerpo que se liga al receptor FcRN, que también se encuentra en células intestinales adultas). Las nanopartículas, hechas de un polímero biocompatible llamado PLA-PEG, pueden transportar una amplia carga de droga, tal como la insulina, en su núcleo.
Luego de que las partículas son ingeridas, las proteínas Fc se aferran al recepetor FcRN en la pared intestinal y ganan acceso, transportando con ellas la nanopartícula completa.
“Esto ilustra un concepto muy general por el cual podemos usar estos receptores para traficar nanopartículas que pueden contener casi cualquier cosa. Cualquier partícula que tenga dificultad para cruzar la barrera puede ser cargada en la nanopartícula y ser traficada a través de la pared”, concluyen.
Una nanopartícula es una partícula microscópica con por lo menos una dimensión menor que 100 nanómetros. El nanómetro es la unidad de longitud que equivale a una mil millonésima parte de un metro.
Referencia: Science Translational Medicine