Científicos de las Universidades de Columbia y Harvard podrían haber encontrado una nueva forma para prevenir ataques cardíacos utilizando «nanodrones», pequeños dispositivos que podrían utilizarse para administrar fármacos en las zonas de oclusión y destruir los depósitos de grasa que se forman en las arterias.
De momento, el procedimiento se han con probado con éxito en ratones con aterosclerosis avanzada a los cuales se les ha administrado nanopartículas biodegradables cargadas con una molécula que destruye las grasas. La aterosclerosis es una enfermedad en la que placas compuestas de grasa se depositan dentro de las arterias. Con el tiempo, la placa se endurece y estrecha las arterias, con lo cual se limita el flujo de sangre rica en oxígeno a los órganos y a otras partes del cuerpo.
Las nanopartículas fueron diseñados para que se dirigieran específicamente a los puntos de la aterosclerosis en las arterias. Donde alrededor del 70% de las nanopartículas se ubicaron en las placas ateroscleróticas y lentamente liberaron el fármaco.
«La aterosclerosis es una enfermedad crónica, por lo que los medicamentos deben tomarse durante años, incluso décadas. Además, por ejemplo, los medicamentos antinflamatorios que comunmente se utilizan se distribuyen por todo el cuerpo y pueden dañar otros sistemas», dijo Ira Tabas, de la Universidad de Columbia. «No basta con entregar un medicamento antinflamatorio en las placas de grasa, la aterosclerosis no es sólo la inflamación; también hay daños en la pared arterial y, si no se repara el daño, es posible que no se puedan prevenir los ataques al corazón».
Los investigadores, en vez de reducir la inflamación y luego iniciar la curación, emplearon en los nanodrones una proteína ‘curativa’ llamada anexina A1. Con esta combinación de péptidos de anexina y nanopartículas guiadas de precisión, la terapia llega únicamente a las áreas que la necesita y así se evitan los efectos secundarios potencialmente peligrosos.
Sin embargo, las placas ateroscleróticas de los ratones se parecen mucho a las de los humanos, los ratones no tienen ataques al corazón, por lo que la verdadera prueba de las nanopartículas será cuando se prueben en humanos.
Los investigadores refieren que este es un gran paso inicial pues han demostrado por primera vez que un fármaco que promueve la resolución de la inflamación y la reparación es una opción viable cuando el fármaco se administra directamente a las placas a través de nanopartículas.
Actualmente este tipo de nanopartículas están siendo utilizadas en ensayos clínicos para el cáncer, pero todavía se debe demostrar su seguridad a largo plazo. También se está investigando sobre la modificación de las partículas para que puedan administrar oralmente, en lugar de la inyección.
Referencia: Science Translational Medicine