Científicos del Houston Methodist Research Institute de Estados Unidos y del Imperial College de Londres han desarrollado unas pequeñas nanoagujas que impulsan a nuevos vasos sanguíneos a desarrollarse, técnica que permitirá que órganos dañados puedan ‘curarse’ por sí mismos o ayudar a los que son trasplantados a desarrollarse sin complicaciones.
Las nanoagujas funcionan al entregar los ácidos nucleicos a un área específica; estos ácidos son los componentes básicos de todos los organismos vivos y codifican, transmiten y expresan toda la información genética. Los expertos están ahora investigando formas de utilización de los ácidos nucleicos para reprogramar las células con el fin de que desarrollen diferentes funciones.
Los nanoagujas, casi mil veces más pequeñas que un cabello humano, son estructuras porosas que actúan como una esponja para cargar ácidos nucleicos en mucha mayor medida más que las estructuras sólidas. Esta característica hace que sean mucho más eficaces a la hora de entregar su carga útil porque son capaces de penetrar en la célula sin pasar por su membrana externa para entregar los ácidos nucleicos sin dañar o matar a la célula.
Además, al estar fabricadas de silicio biodegradable pueden permanecer en el cuerpo sin que dejen residuos tóxicos. El silicio, explican los científicos, se degrada en apenas dos días y deja sólo una cantidad insignificante de una sustancia inofensiva llamada ácido ortosilícico.
En el ensayo demostraron que las nanoagujas podían entregar los ácidos nucleicos ADN y RNA en las células humanas en el laboratorio. Asimismo se demuestro que podían suministrar ácidos nucleicos en los músculos de la espalda de los ratones. Y al cabo de siete días, los investigadores observaron un aumento de seis veces en la formación de nuevos vasos sanguíneos en los músculos de los animales que siguieron desarrollándose durante 14 días. Otro aspecto relevante de la nueva tecnología es que la técnica no causa inflamación u otros efectos secundarios.
Aunque todavía lejana, la esperanza futura es ayudar a promover la generación de nuevos vasos sanguíneos en personas con el empleo de estas nanoagujas que proporcionen a los órganos trasplantados, o a los posibles futuros implantes de órganos artificiales, las necesarias conexiones con el resto del organismo de manera que puedan funcionar correctamente con una mínima posibilidad de ser rechazado.
«En comparación con las tecnologías existentes, estamos ante un salto cualitativo en la entrega de material genético a las células y a los tejidos. Al obtener el acceso directo al citoplasma de la célula hemos logrado una reprogramación genética con una eficiencia increíble», dijo Ennio Tasciotti, responsable de la investigación.
Ahora los investigadores se encuentran trabajando en desarrollar un material que funcione como una especie de vendaje flexible que puede incorporar los nanoagujas. La idea es aplicarlo aplica a diferentes partes del cuerpo, interna o externamente, para administrar los ácidos nucleicos necesarios para reparar y restablecer la programación celular.
«Esto permitirá personalizar los tratamientos para cada paciente, lo que nos da un sinfín de posibilidades en la detección, diagnóstico y tratamiento«. concluyo.