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Muere Leon Lederman, Premio Nobel de Física, a los 96 años

Uno de los físicos más importantes del mundo, ganador del Premio Nobel de Física en 1988, murió este viernes 3 de octubre en Rexburg, Idaho.

Leon Lederman fue un físico experimental muy ingeniosos, que logró increíbles explicaciones sobre el mundo de las partículas elementales y que por ello, se le otorgó en 1988 el Premio Nobel de física. Lederman dirigió por muchos años el Laboratorio Nacional Fermi (fuera de Chicago), en donde hay un enorme acelerador de partículas.

Dan Nobel de Física 2018 a Arthur Ashkin, Gérard Mourou y Donna Strickland

En su prolífica carrera Lederman y dos de sus colegas probaron que había dos clase de partículas llamadas neutrinos (ahora se sabe que hay tres). Por esto se le otorgó el Nobel de física. Poco tiempo después el físico hallaría un nuevo quark, otro constituyente de la materia.

Lederman uso el premio en metálico del Nobel (que compartió con Jack Steinberg y Melvin Schwartz), para comprarse una casa en Idaho, en Teton Valley, en donde se retiraría eventualmente. Ya para este momento el físico era una figura pública que explicaba la nueva física al resto del mundo.

“Enseñamos física en la secundaria en el orden incorrecto”, decía, “biología, química y entonces, para un 20% de los estudiantes, eventualmente física”. El problema, indicaba el notable académico es que “los temas no están relacionados, por lo que se aprenden y se olvidan”. Para él era mejor -mucho mejor- empezar con física, incluyendo el entendimiento básico de los átomos y entonces se podría pensar en aprender química con este “background”, pues podría entonces entenderse más fácilmente que los átomos forman moléculas y entonces ya podría empezarse el proceso de estudiar biología, en donde las interacciones de las moléculas dan origen a la vida. Más allá de esto, lo siguiente quizás podría ser entonces el aprender psicología.

En un maravilloso párrafo el propio Lederman lo resumía así: “Los átomos forman moléculas y las moléculas forman cosas que reptan en el océano. Y estamos entonces aquí, ¡preocupándonos por todo!”. Y esto es quizás la característica más importante de las enseñanzas de Lederman al mundo. “En lugar de intimidar a la gente con una jerga matemática llena de ecuaciones, Leon tenía la capacidad de entusiasmar y divertir haciendo ciencia”, dice el Dr. Joseph Lykken, investigador en el FermiLab.

Pero probablemente para la mayoría de las personas, Lederman es conocido por su libro “La partícula de Dios”, que es como se bautizó al bosón de Higgs, publicado en 1993 y escrito en conjunto con el periodista científico, Dick Teresi. Cuenta Lederman que el editor no quería aceptar el título de “La partícula maldita de Dios” (The God-damn particle), para expresar que el bosón de Higgs eludía a las observaciones. El bosón de Higgs, a todo esto, se encontró en el 2012 y por ello, Peter Higgs, físico británico, recibiría el Premio Nobel 50 años después de haber predicho a existencia de esta partícula.

Poco antes de cumplir 90 años, el Dr. Lederman se retiró a su casa en Idaho junto con su mujer Ellen. Se encontró que padecía de demencia senil y el médico le indicó que se fuese a vivir a un lugar tranquilo. En el 2015 subastó su medalla Nobel, la cual alcanzó un precio de 765,002 dólares, los cuales se usaron para los gastos de su enfermedad. No está muy claro si la enfermedad le borró sus más preciados recuerdos. En el 2015 dijo a Associated Press que “no tengo historias que contar” (como director de FermiLab o sobre la medalla Nobel), agregando “me siento en mi escritorio y veo las montañas”.

Lederman se había casado en dos ocasiones. Su primera esposa, Florence Gordon, murió en 1990. Se casó n 1981 con Ellen Carr. Además de ella le sobreviven tres hijos de su primer matrimonio, dos mujeres, Rena Lederman, profesora de antropología en Princeton y Rachel Lederman, una abogada de derechos civiles. Su hijo Jess es un escritor y creador del sitio web dedicado a los trabajos del novelista escocés, George MacDonalds. También le sobreviven cinco nietos.

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