Ingenieros del MIT han desarrollado un nuevo tipo de planta que puede brillar con la suficiente intensidad para reemplazar una lámpara de noche, con el fin de brindarle una mayor utilidad a estos organismos vivos y que además de proveer aire limpio a los humanos también sean una fuente de luz para las comunidades en un futuro no muy lejano.
Para lograr dicha hazaña, los científicos incorporaron nanopartículas las cuales estaban compuesta por una enzima llamada luciferasa —la cual es la misma enzima que permite que las luciérnagas brillen en la oscuridad— y que actúa directamente con la molécula llamada Luciferina permitiendo que la planta emitiera una luz tenue durante casi cuatro horas.
«La visión es hacer una planta que funcione como una lámpara de escritorio, una lámpara que no tenga que enchufar. La luz es impulsada finalmente por el metabolismo energético de la planta en sí», dice Michael Strano, profesor de Ingeniería Química en el MIT y autor principal del estudio.
Sus creadores también aseguran que el trabajar con estas nanopartículas en las plantas está considerado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) como seguro, por lo que los humanos que se encuentren en contacto con estas plantas no tendrán ningún daño ni efecto secundario.
Según explican, aunque el proceso cada vez luce más atractivo e impresionante, la realidad es que todavía se encuentran en un desarrollo muy temprano, debido a que a pesar de superar los 45 minutos de duración de brillo con sus primeras plantas hasta llegar a más de 4 horas ha sido un gran avance, pero todavía falta mejorar el nivel de brillo y por supuesto que la duración pueda ser por bastante más tiempo como meses, años o hasta permanente.