La sonda Cassini fue a Saturno a investigar al gigantesco planeta gaseoso, cuya característica principal es la presencia de esos anillos, que aunque no es el único planeta del sistema solar que los tiene, es sin duda el más vistoso en ese sentido. Se sabe que entre los anillos “anidan” una colección de mini-lunas, las cuales registró la sonda en el 2017.
El jueves pasado, por primera vez, los astrónomos y científicos detallaron sus hallazgos sobre estas lunas, publicando en Science lo que han deducido de este conjunto de pequeñas lunas. Pan, Daphnis, Atlas, Pandora y Epimetheus, son pequeñas lunas que miden entre 8 y 116 kms en diámetro. Son algunas redondas, mientras que otras parecen platillos voladores o bien, papas. Estas lunas están encajadas en los huecos que separan los anillos del planeta.
Cabe decir que la misión de la sonda Cassini duró 13 años investigando Saturno. Cuando su combustible se agotó, en su última misión, la nave se insertó entre los anillos, mandando datos a la Tierra hasta que se apagó definitivamente toda la actividad de la nave, el 13 de septiembre del 2017, algo así como 20 años después de su lanzamiento. Las investigaciones hechas por Cassini dieron para unos 4 mil artículos científicos, en donde se publicaron los hallazgos de la NASA en esta increíble misión.
Los datos enviados por la nave están aún accesibles y hay nuevos hallazgos por parte de los científicos e investigadores planetarios. Por ejemplo, hay un estudio que refuerza la teoría dominante de que los anillos de Saturno y las lunas en el mismo cuerpo celeste, se crearon por algún tipo de colisión que se dio probablemente en los anillos. “Los fragmentos más grandes se convirtieron en los núcleos de estas lunas en los anillos”, explica Bonnie Buratti, una astrónoma veterana con 33 años de investigación en la NASA. “Y lo que pasó fue que las lunas continuaron acumulando partículas de los anillos, que es lo que vemos en este acercamiento de las fotos a esas lunas”, indicó Buratti.
Más de tres docenas de co-autores de los Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia, trabajaron en el estudio publicado este jueves pasado, lo que es una colaboración extraordinaria, a decir de Buratti. “Todo esto está en flujo, en donde los desacuerdos de la ciencia son los que le dan vida al quehacer científico”, indica la astrónoma.
Ahora se busca, por ejemplo, tratar de saber cuánto tiempo tienen estas mini-lunas, es decir, qué tan viejas son. En un estudio se ha especulado que los datos enviados por Cassini, podrían concluir que son lunas relativamente jóvenes, entre 100 millones hasta mil millones de años. Pero hay desacuerdos en estas cifras.