Más de 2000 personas que trabajan en Inteligencia Artificial (IA) han decidido boicotear a la revista Nature por su nuevo esquema de pagos en sus publicaciones asociadas con la IA. Esto es muy relevante pues quizás es la primera vez que los propios investigadores protestan ante una de las publicaciones más reconocidas académicamente.
El problema es que la situación actual de las publicaciones académicas es arcaicas por decir lo menos. Hubo una vez que el establecimiento de publicaciones de los trabajos importantes en la ciencia era un servicio vital y las compañías cobraban una cantidad razonable por sus servicios. Hoy buscan hacer utilidades de investigaciones patrocinadas públicamente además de restringir el acceso a lo que debería ser accesible de forma gratuita. La queja principal es que no pagan por las revisiones, hacen poca edición de los artículos y frecuentemente no tienen una inversión sustancial para producir copias en papel de estas publicaciones. Sin embargo, piden entre 20 y 30 dólares por artículo aunque éste se encuentre solamente en formato electrónico a manera de pdf.
Si el lector tiene acceso a una biblioteca académica, podría quizás no darse cuenta de cuanto dinero va a las editoriales científicas. Mucha gente tiene que pagar por las copias y si no está disponible el artículo que se necesita para descargarlo, hay que ver si en el sitio del o los autores se puede conseguir. Hay que solicitarlo y esperar pacientemente una respuesta. El problema de fondo es que estas políticas hacen que la transmisión de nuevos resultados se haga mucho más lenta. Claramente todo este escenario no está sirviendo a la ciencia y en particular a la IA.
Cuando Nature, mejor dicho «Springer Nature», anunció que iba a producir un nuevo esquema de pago para su publicación, Nature Machine Intelligence, que empezaría en el 2019, se decidió que algo había que hacerse. Hay que decirlo que Springer Nature hace 1.64 mil millones de euros gracias a sus 3000 publicaciones. Hay mucho dinero que se hace con fondos públicos dados a la investigación y al escribir artículos científicos.
La protesta conjunta se encuentra en una página de la Universidad Estatal de Oregon, en donde se puede firmar, con la intención de prometer no revisar, mandar o editar artículos para dicha publicación. La iniciativa ha empezado gracias al Profesor Thomas Dietterich, Presidente fundador de la International Machine Learning Society. Al momento de escribir esto, ya hay más de 2200 firmas, incluyendo 83 de Google, 27 de Microsoft, 16 de Facebook y 11 de Amazon, así como de algunas instituciones académicas muy conocidas. Han firmado autoridades de la IA como Geoffrey Hinton, Yann LeCun, Jeff Dean, Ilya Sutskever, Ian Goodfellow y otros.
Curiosamente Apple no tiene una sola firma. ¿Por qué? En el propio sitio web de la protesta se indica: «No vemos ningún rol para el acceso cerrado o a las publicaciones que cobran a los autores en la investigación futura del aprendizaje de máquinas, y creemos que la adopción de esta nueva publicación (con sus políticas para los autores) es un paso hacia atrás. Nosotros daríamos la bienvenida a las publicaciones de acceso abierto y sin costo, así como a las conferencias de IA y aprendizaje de máquinas»
Interesante protesta que bien podría empezar a incidir en otras editoriales. De hecho, hay muchas dificultades entre el mundo académico y las editoriales que publican resultados, particularmente por los costos en general lo que finalmente, no contribuye al desarrollo científico.