Hace 80 años los científicos predijeron que el elemento más simple, el hidrógeno, podría ser metálico si se lograra someterlo a cierta presión. Lo interesante es que los cálculos de ese entonces daban una cifra de 25 GigaPascales para lograr esa transición (pero veremos que se quedaron cortos). Para ponernos en contexto, un GigaPascal es alrededor de 10 atmósferas de presión. Si en el mundo real estamos a 1 atmósfera de presión (al nivel del mar), 25 GigaPascales es una presión increíble.
Llegó pues este último año que acaba de terminar para poder alcanzar presiones que pudiesen romper los átomos individuales. Esto se logró a 380 GigaPascales. Ahora un par de investigadores de la Universidad de Harvard lograron elevar un poco más la presión para lograr que finalmente el hidrógeno se convirtiese en un metal.
Todos estos estudios giran en lo que se denomina yunques de diamante. Se trata de colocar pequeñas muestras entre dos diamantes, los cuales son lo suficientemente duros para lidiar con esta presión extrema. Se intentan entonces juntar los diamantes y en consecuencia sube la presión entre la sustancia que está en medio de los mismos. De hecho, los cálculos actuales implican que el hidrógeno se hace metálico a algo así como 400 GigaPascales. Sin embargo, los investigadores, Ranfa Diaz e Isaac Silvera, descubrieron que se necesita un poco más de presión.
En este descubrimiento se dieron cuenta que los diamantes normales fallaban. «Esta es la principal limitación a la observación del hidrógeno metálico». El equipo entonces buscó la manera de evitar el fallo de los diamantes y corrigió el problema. Un defecto podía estar en la superficie del diamante. Otro problema es que el hidrógeno, con la presión, se forzase a entrar en la misma estructura del diamante, debilitándolo. Por lo que decidieron enfriar los diamantes para hacer más lenta la difusión.
Después de una serie de experimentos, algunos de rotundo fracaso, de pronto los investigadores resolvieron todas las dificultades y hallaron que el hidrógeno se podía hacer metálico a una presión entre los 465 y 495 GigaPascales. De hecho, la muestra se hizo reflexiva, una característica clave en los metales.
Esto puede no parecer importante en términos prácticos, pero claramente muestra cómo el edificio teórico construido alrededor de los elementos químicos, se sostiene sin dificultades.
Referencias: Ars Technica , https://dx.doi.org/10.1126/science.aal1579