Bien sabemos que no hay dispositivo electrónico 100% seguro y ahora nos muestran que los gadgets médicos no son la excepción, el problema aquí es que más allá de estropear un equipo o robarte información, éstos pueden poner en riesgo tu vida. Así lo demostró Barnaby Jack un investigador de IOActive al hackear un marcapasos para suministrar descargas mortales.
El marcapasos es un aparato generador de impulsos eléctricos, éste impulsa artificial y rítmicamente el corazón cuando los marcapasos naturales del corazón no pueden mantener el ritmo y la frecuencia adecuados.
Barnaby Jack demostró esta capacidad en una conferencia de seguridad en Melbourne, Australia utilizando simplemente una computadora portátil para reescribir su firmware y enviar un choque de 830 voltios a un marcapasos a distancia, suficiente para la muerte de su portador.
Barnaby también explico que tanto los marcapasos y los desfibriladores implantables tenían una especie de función secreta para poder ser activados dentro de un rango de 10 metros.
“El peor escenario que se me ocurre, es que si esto es posible con el 100% de este tipo dispositivos, bastaría cargar una actualización de firmware para infectar el programa base y esparcirlo en todos los dispositivos”, dijo Jack.
“Con una tensión máxima de 830 voltios, no es difícil ver por qué esto es una característica bastante mortal, suficiente para provocar un paro cardíaco, pero esto no para aquí, también tienen la posibilidad de recargar el dispositivo y suministrar descargas en bucle “, agregó.
Jack dijo que su objetivo no era hacer daño, sino ayudar a los fabricantes a asegurar sus dispositivos. “A veces hay que demostrar el lado más oscuro”.
Los ataques a dispositivos médicos especialmente a aquellos que podrían poner en riesgo nuestra vida parecerían algo distantes y exagerados, pero con el crecimiento exponencial de la ciencia actual puede que no estemos muy lejos de ello.
Para finalizar quisiera compartirles la frase de Gene Spafford un experto en seguridad, “El único sistema seguro es aquél que está apagado en el interior de un bloque de hormigón protegido en una habitación sellada rodeada por guardias armados.”
Referencia: SC Magazine