La investigación del espacio ha sido una de las tareas más interesantes y peligrosas que el ser humano ha emprendido. Lanzar a seres humanos al espacio quizás a estas alturas nos parezca una trivialidad, pero la realidad es que todos estos astronautas se juegan la vida subiéndose a naves que para salir de la gravedad terrestre, requieren ir en cohetes que tengan una velocidad (de escape), de unos 11 kms/seg. Impresionante.
Ser astronauta es peligroso y los Estados Unidos tienen un triste récord en ese sentido. Baste recordar cuando explotó el taxi espacial Challenger, en donde en pleno lanzamiento murieron 7 astronautas. Pero mucho antes, cincuenta años antes, la NASA sufrió uno de los primeros accidentes (y uno de los más devastadores), cuando se desató un incendio en la cabina de la primera nave Apolo, con sus tres astronautas dentro de ella, en un ejercicio en Tierra. Los tres astronautas murieron quemados dentro de la propia nave.
Ahora la NASA les rinde tributo, conmemorando 50 años de las misiones Apolo. La Agencia Espacial ha abierto una nueva exhibición en el Centro Espacial Kennedy, llamada “Ad Astra Per Aspera – A Rough Road Leads to the Stars”. La exhibición tiene artefactos del módulo de comando del Apolo 1, fotografías, etcétera. Se describe como “parte museo, parte un memorial y parte un álbum familiar”.
El 27 de enero de 1966, los astronautas Gus Grissom, Ed White II y Roger Chaffee llevaban a cabo una serie de rutinas para su próximo vuelo cuando una chispa encendió el fuego. La atmósfera, de oxígeno puro en el módulo de comando causó que las llamas se expandieran muy rápido y con una intensidad increíble, quemando en pocos segundos todo el derredor, incluyendo a los astronautas. “Su historia no termina ahí y su legado vive con nosotros hoy día”, afirmó Sheryl Chaffee, hija de Roger Chaffee, uno de los astronautas muertos en el terrible accidente.
La exhibición es un tributo a los miembros del Apolo 1 y sus logros. Se busca además introducir este esfuerzo monumental de tantos años de trabajo a las nuevas generaciones. Incluye la primera muestra pública mostrando las tres partes de la escotilla que sellaban la cápsula espacial durante las pruebas, que curiosamente contribuyó a la fatalidad debido a la imposibilidad de abrir el complicado mecanismo a tiempo. Poco después se cambió ese mecanismo por uno que permitía abrir la escotilla de manera muy rápida, que se usó en las misiones siguientes.
“Grissom, White, Chaffee, el Presidente Kennedy – Pienso que es apropiado mencionar estos nombres juntos”, dice Michael Collins, el piloto del módulo de comando de la misión Apolo 11. “La Apolo 1 se llevó de manera trágica tres vidas, pero pienso que han salvado más de tres vidas después. Sin su trabajo es muy posible que no hubiésemos llegado nunca a alunizar en nuestro satélite natural al final de esa década”, concluyó el experimentado astronauta.