Una de las obras de arte más populares en el mundo es la Gioconda, la Mona Lisa, que mantiene para muchos un enigma no resuelto: ¿la sonrisa de la mujer en el cuadro es de alegría? ¿O es un gesto menos feliz? La ambigüedad de los labios de la mujer plasmada en el cuadro de Leonardo da Vinci ha sido objeto de escrutinio y debate por siglos. Sin embargo, para algunos científicos esto ya está resuelto.
En un intento poco usual, cerca del 100% de las personas han descrito a la “sonrisa” de la Monalisa como un gesto “feliz”. El neurocientífico Juergen Kornmeier, de la Universidad de Freiburg en Alemania, quien es el coautor de este estudio indicó: “Estamos realmente asombrados”.
Kornmeier y un equipo usó la imagen de la Mona Lisa en un estudio sobre los factores que influyen cómo los seres humanos juzgan los detalles visuales como por ejemplo, los que aparecen en las expresiones faciales. La Mona Lisa siempre ha sido objeto de polémicas por ello. El retrato de la mujer se ha visto desde ser un gesto de felicidad o bien convertirse en un gesto menos feliz en la medida que se ve por más tiempo la pintura.
Usando una copia en blanco y negro de la obra de Leonardo, el equipo manipuló las esquinas de la boca ligeramente hacia arriba y hacia abajo, para así crear ocho imágenes alteradas: cuatro progresivamente “más feliz” y cuatro progresivamente “más triste”.
Un bloque de nueve imágenes se le mostraron a 12 participantes 30 veces. Cada vez las imágenes se cambiaban al azar y los participantes debían describir si las imágenes mostraban a una mujer feliz o no. “Dada la descripción del arte y de la historia del arte, pensamos que el original quedaría como el más ambiguo”, dijo Kornmeier.
Pero en lugar de esto, “para nuestro gran asombro, hallamos que el original de Leonardo lo percibieron los participantes como feliz en el 97% de los casos”.
En una segunda fase del experimento, en donde se puso a una Mona Lisa con ocho versiones “más tristes”, la gente siguió describiendo la imagen original como de felicidad, pero los participantes cambiaron de opinión observando las otras imágenes.
“Hallaron que las imágenes eran un poco más tristes que en el primer experimento”, dijo Kornmeier. Esto confirmó que “no tenemos una escala fija de felicidad o tristeza en nuestros cerebros y que todo parece depender mucho del contexto”, dijo el investigador.
“Nuestro cerebro maneja de manera muy rápida el campo que observa. Notamos entonces el rango total y adaptamos nuestros estimados” usando nuestra memoria sobre experiencias sensoriales previas”, indicó Kornmeier.
El entender este proceso podría ser útil en el estudio de los desórdenes psiquiátricos, indica el estudio. Las personas afectadas pueden tener alucinaciones, ver cosas que otros no ven, lo cual puede ser el resultado de una alineación equivocada entre el procesamiento del cerebro y las entradas sensoriales, así como la memoria perceptual. Un siguiente paso será hacer este tipo de experimentos, pero ahora con pacientes psiquiátricos.
Otro descubrimiento interesante fue que las personas identificaron a las Mona Lisa felices mucho más rápidamente que las tristes. Esto sugiero que “podría haber una ligera preferencia en los seres humanos hacia la felicidad”, dice Kornmeier.
Como sea, el experimento y trabajo científico llega a concluir que el gesto de la Mona Lisa es de felicidad. “Y puede haber alguna ambigüedad al respecto”, dice Kornmeier, “pero no en el sentido de feliz contra triste”.
Referencias: Phys.org