Las redes neuronales están dando de qué hablar, pues en los últimos tiempos han tenido éxitos en diferentes ramas del conocimiento. Por ello, no es casualidad que Japón busque hacerse de una supercomputadora para lo que se llama aprendizaje profundo.
La nueva máquina costaría unos 173 millones de dólares y tendría una capacidad de unos 130 petaflops, es decir, 130 x 10^15 operaciones de punto flotante. Es claro que en términos académicos, una máquina de esta velocidad haría que mucho de lo que se hace en cómputo se abreviaría en tiempo, por lo que implicaría desarrollos más rápidos en el ya complejo mundo en el que vivimos.
Este número de cálculos por segundo (de operaciones de punto flotante) pondría a Japón en el primer lugar de la lista de las supercomputadoras en el mundo, desplazando a máquinas como las de China, que pueden lograr hoy día unos 93 petaflops.
Una idea interesante es que esta máquina podría rentar su tiempo a empresas e incluso a individuos. De esta manera de pronto se abriría la posibilidad de que se pudiese hacer supercómputo sin la necesidad de invertir muchísimo dinero.
El ministro de economía japonés no ha hablado mucho sobre esta computadora pero el director del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada, ha indicado que «hasta donde sabemos, no existe nada que sea tan rápido [como la máquina que planean construir]».
La empresa encargada de esto sería Fujitsu, quien por el momento tiene la Oakforest PACS, la cual es la máquina más rápida de Japón, con capacidad de 13.6 petaflops.
Referencias: TechCrunch