Científicos de la Queen Mary University de Londres han desarrollado un nuevo tipo de injerto óseo sintético que mejora la habilidad del organismo para regenerar el tejido óseo.
El tejido oseo está compuesta por diferentes tipos de células oseas y una matriz extracelular mineralizada que le confiere a este tejido su dureza. La matriz extracelular es la principal responsable de las propiedades mecanicas del tejido óseo. Esta compuesta principalmente por una fase mineral (cristales de hidroxiapatita, en un 70%),
fase organica (en su mayoría fibras de colageno tipo I, un 20%) y agua ( 10%).
Este nuevo tipo de injerto, denominado injerto óseo sintético osteoinductivo o inductigraft, es capaz de lograr la regeneración del tejido óseo, y por tanto del hueso, en tan solo cuatro semanas.
“Nuestro reto es desarrollar un injerto tan inteligente como el hueso. Para este injerto sintético hemos tenido en cuenta los mecanismos por los que el hueso se adapta a su entorno y cambia las composiciones químicas y físicas del injerto, especialmente en lo relativo a cómo se rellenan e interconectan los poros en la estructura”, dijo Karin Hing, responsable de la investigación.
Para desarrollar este nuevo injerto sintético, los investigadores potenciaron la estructura química del injerto con la introducción de silicatos en una base de hidroxiapatita, un material sintético que se ha utilizado tradicionalmente como un sustitutivo óseo al contener calcio y fosfatos químicamente similares a los que se encuentran en los huesos del organismo.
Así, y una vez potenciada la estructura química, los investigadores moldearon la estructura porosa del injerto para imitar la del tejido óseo del organismo. No en vano, apuntan los autores, la combinación de una química mejorada con la estructura porosa resulta en una mejor diferenciación de las células que producen el tejido óseo. Un resultado que se observa no solo en el laboratorio, sino también en el propio organismo.
“Este nuevo estudio conlleva implicaciones reales para cualquier persona que sufra un daño esquelético y, particularmente, para los cirujanos. A día de hoy, el método de elección consiste en usar el tejido del propio paciente para crear o potenciar los injertos óseos. Pero nuestros resultados muestran que nuestro nuevo injerto sintético es, cuando menos, igual de efectivo. Y, además, presenta la ventaja de que el paciente no tiene que someterse a cirugía para la obtención del injerto autólogo”.
Referencia: QMUL