Hace unos doscientos años, la gran mancha roja de Júpiter era tres veces más ancha que la Tierra. Y la mancha es una gigantesca tormenta con vientos violentísimos.
Hoy las mediciones indican que la mancha tiene apenas el tamaño de nuestro planeta y esto ha llevado a algunas especulaciones de si eventualmente se extinguirá o si es un fenómeno transitorio.
Algunos estudios señala que el vórtex que le da fuerza al ciclón que está en la mancha es aún muy fuerte. Sin embargo, un nuevo estudio parece indicar que el grosor de la mancha se mantiene estable, constante a como estaba en el pasado, a pesar del encogimiento dramático de la tormenta como hoy se observa.
Las nuevas observaciones
En un nuevo estudio, Daphné Lemasquerier, de la Universidad de Marsella, en Francia, junto con sus colegas, investigaron la dinámica de los vórtices de Júpiter en diferentes formas. Por ejemplo, desarrollaron una serie de simulaciones e hicieron experimentos de laboratorio para hacer algunas demostraciones «a escala» de lo que pasa en Júpiter.
Este trabajo variado permitió a los científicos determinar el balance de fuerzas que moldea las tormentas en Júpiter, las cuales se modelan en forma de pancakes. Esta idea ha permitido a los investigadores hacer predicciones sobre tormentas individuales, incluyendo aquellas que han evolucionado con el tiempo.
«Para la gran mancha roja en particular, nuestra predicción de las dimensiones horizontales está muy de acuerdo con el nivel de la nube que se observa desde la misión del Voyager, en 1979», dicen los investigadores en su nuevo estudio, el cual se ha publicado en línea el 16 de marzo en Nature Physics.
Pero hay que esperar a los datos de la sonda Juno
Los científicos también predijeron que la mancha roja es de unos 170 kms de grosor y que éste no ha cambiado significativamente desde el paso de los Voyager por el planeta joviano.
Es claro, sin embargo, que demostrar este grosor de la tormenta joviana es complicado, porque la altura de la tormenta no es fácil de observar debido a la atmósfera opaca de Júpiter.
Pero la sonda Juno, que orbitó al gigantesco planeta en el 2016, ha tenido la capacidad de hacer esto, de acuerdo con las declaraciones del equipo de investigadores. Juno ha analizado la atmósfera de Júpiter con diversos instrumentos y ha hallado pistas sobre la composición, formación e historia del mismo.
Así entonces, los investigadores esperan más datos de Juno para comparar sus resultados.