Científicos del Cincinnati Children’s Hospital Medical Center han logrado fabricar un intestino humano funcional a partir de células madre humanas trasplantadas en ratones, un avance significativo que plantea los bases para producir órganos para trasplantes o “recambios” utilizando las propias células del paciente.
El estudio se inició por medio de la ingeniería genética para convertir la piel y las células sanguíneas humanas en un tipo de células madre similares a las embrionarias, llamadas células madre pluripotentes inducidas (iPS).
Para desarrollar el organoide, los investigadores prepararon las iPS para su diferenciación y organización hasta conseguir una estructura primigenia similar a la del intestino. Con el modelo obtenido, se realizó un implante en la cápsula del riñón de varios ratones, donde el órgano continuó creciendo hasta alcanzar una estructura compleja que, según comprobaron los científicos, también tenía una funcionalidad equiparable a la del intestino humano.
Así, no sólo se había desarrollado la capa mesenquimal, que, entre otras funciones, sirve de estructura de soporte; o la capa epitelial, encargada de la absorción de los nutrientes y donde tiene lugar la permeabilidad selectiva característica del intestino. También estaban presentes características morfológicas del órgano como las criptas y vellosidades, distintos tipos de líneas celulares y se demostró la capacidad del tejido para realizar funciones digestivas y de absorción.
Esta evidencia apoya la idea de que los órganos completos, compuestos por un complejo arreglo de tejidos especializados, se podrían hacer en el interior del cuerpo del paciente mediante la explotación del poder inherente de las células vivas a organizarse en una estructura que funcione plenamente.
Además de hacer crecer órganos humanos a partir de cero, los científicos creen que la tecnología va a producir mejores modelos de laboratorio para la prueba de medicamentos, lo que podría acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos, así como ofrecer alternativas a la experimentación animal.
“Estos estudios apoyan el concepto de que las células específicas del paciente pueden ser utilizadas para el cultivo del intestino”, dijo Michael Helmrath, del Hospital Centro Médico Infantil de Cincinnati, quien dirigió el estudio.
“Esto proporciona una nueva manera de estudiar las muchas enfermedades y condiciones que pueden causar insuficiencia intestinal, trastornos genéticos que aparecen al nacer a las condiciones que golpean más tarde en la vida, como el cáncer y la enfermedad de Crohn”, agrego.
Referencia: Nature