El Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) está desarrollando una prótesis de brazo capaz de responder a las señales cerebrales, un avance que permitiría el control del brazo protésico con sólo imaginar un movimiento.
El Dr. Roberto Muñoz Guerrero, investigador del departamento de Ingeniería Eléctrica de la institución y líder del proyecto, señala que inicialmente, se requiere saber si existe un patrón de memoria en la persona amputada con el fin de que recuerde cómo se movía y, de esta manera, traducirlo a una instrucción de control para la prótesis.
Al respecto, explicó que para generar el movimiento no se utilizará la señal eléctrica a partir de la señal eléctrica que proviene de los músculos en el muñón, sino que se utilizan los patrones de movimiento del cerebro. “Si esta fase resulta exitosa, el paciente sería capaz de mover la prótesis al imaginar distintos movimientos”, agrego.
Sin embargo, esto no es un trabajo sencillo, reconoce el investigador, pues el cerebro realiza y registra un gran número de actividades que ocurren dentro del cuerpo. De entre todas éstas, se trata de encontrar y extraer este patrón de movimiento, “por lo tanto, el primer paso consiste en rememorar los patrones en el encefalograma y definir que existe ese recuerdo que se puede registrar eléctricamente. Después, es necesario evaluar qué tan sensible es a otro tipo de perturbaciones externas, por ejemplo, la luz o cerrar los ojos”.
Este aspecto limitará el uso de esta prótesis a individuos que en algún momento hayan tenido la extremidad superior completa y que la hayan perdido por algún accidente o enfermedad. Debido a que ellos habrían utilizado su brazo de manera natural, se podría utilizar el proceso de guardado en la memoria y se aplicaría en el movimiento de la prótesis.
La prótesis estará provista de un sistema mecánico y uno electrónico, además de una sección que interceptará las señales del cerebro. “Respecto al material con el que deberá construirse, todavía no se tiene del todo definido debido a que su peso total debe de estar entre dos y tres kilogramos, que es similar al de la parte faltante del brazo”, dijo el investigador del Cinvestav.
Este desarrollo tecnológico se inscribe en un nuevo tema dentro de la bioelectrónica denominado Brain Computer Interface o BCI. Esto consiste en una vía de comunicación directa entre el dispositivo externo y el cerebro, una ventaja adicional es la posibilidad de crear trayectorias de movimiento de la prótesis, lo cual no es posible con las comerciales.
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