Hace unos días se presentaron en un programa de televisión dos personalidades. La primera, Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del planeta. La segunda, Magnus Carlsen, Campeón Mundial de Ajedrez y el jugador con el más alto rating de todos los tiempos. Carlsen rompió el récord de Kasparov hace más de un año (éste tenía 2851 puntos de rating, que mide la fuerza ajedrecística) y ya el noruego lo rebasó. El nuevo récord es 2872 puntos, lo cual es asombroso y más si pensamos que el nuevo campeón tiene apenas 23 años.
Magnus Carlsen ganó el campeonato del mundo en Chennai, India, derrotando a quien por unos siete años fuese el mejor jugador del planeta. Viswanathan Anand, precisamente de ese país. Carlsen no tuvo inconvenientes en ir a la India a jugar contra Anand y lo derrotó en 10 partidas, 6.5 a 3.5. El noruego ganó 3 partidas y el de la India ninguna. De hecho, en muy pocos campeonatos mundiales eso ha ocurrido. Por ejemplo, Kasparov, cuando perdió el título frente a Vladimir Kramnik, no pudo ganar ni una sola partida. Su rival de ese entonces ganó en dos ocasiones.
Pues ahora los medios televisivos decidieron enfrentar a uno de los iconos de la tecnología y al mejor jugador de ajedrez sobre la Tierra. Se jugó una partida informal, con dos minutos para Gates y 30 segundos para Carlsen (para toda la partida). El noruego derrotó a Gates en 9 jugadas con un mate seco. Evidentemente Bill Gates no juega al ajedrez y a lo más es un principiante. La partida en términos reales no tiene ningún valor porque la diferencia de nivel de ajedrez la hace poco interesante o atractiva. Sin embargo, es evidente que el episodio televisivo promoverá de alguna manera al propio ajedrez y es hay que agradecerlo, pues los medios se ocupan poco del juego ciencia.