Científicos de la Universidad de Indiana han reportado la primera evidencia de que los animales (sin contar a los humanos), pueden recordar mentalmente eventos del pasado. Este descubrimiento podría ayudar a desarrollar alguna droga en contra del Alzheimer.
El estudio, liderado por el profesor de la Universidad de Indiana, Jonathon Crystal, apareció en la publicación especializada, Current Biology. “La razón por la cual estamos interesados en la memoria de los animales no es para sólo entenderla, sino para desarrollar nuevos modelos de memorias que pueden aparejarse a los tipos de memoria que encontramos en las enfermedades humanas, como el Alzheimer”, dice Crystal.
Bajo el paradigma actual, indica Crystal, los estudios pre-clínicos en drogas potencialmente activas contra el Alzheimer, examinan cómo estos compuestos afectan la memoria espacial, una de los tipos de memoria más fáciles de hallar en los animales. Pero la memoria espacial no es el tipo de memoria cuya pérdida causa los peores efectos de la enfermedad de Alzheimer.
“Si tu abuela sufre de Alzheimer, uno de los aspectos más terribles de la enfermedad es que ella no puede recordar lo que le dijiste sobre lo que le está pasando a su vida la última vez que la viste”, dijo Danielle Panoz Brown, un estudiante de doctorado de la Universidad de Indiana y que es el primer autor del estudio. “Estamos interesados en la memoria episódica -un episodio recordado por la memoria- porque ésta declina en el Alzheimer y cuando se envejece en general”, comentó.
La memoria episódica es la habilidad para recordar eventos específicos. Por ejemplo, si alguien pierde las llaves de su auto, buscará recordar cada paso dado (o “episodio”), de su camino hacia el auto. La capacidad para recordar cada uno de esos eventos se conoce como la “reproducción de la memoria episódica”. “Las personas no podrían ser capaces de entender la mayoría de los escenarios cotidianos si no pudiesen recordar el orden en el que ocurrieron”, dice Crystal.
Para poder evaluar la habilidad animal de recordar eventos pasados, Crystal trabajó por un año con 13 ratas, las cuales fueron entrenadas para memorizar una lista de 12 olores diferentes. Las ratas fueron colocadas dentro de una “arena” con diferentes olores y recompensaron a la que identificaron del segundo al último olor, o del cuarto al último olor en la lista.
El equipo cambió el número de olores en la lista antes de cada prueba para asegurarse que los olores fueron identificados basándose en su posición en la lista y no solamente por la esencia que despedían, probando que los animales estaban confiando en su habilidad para recordar el orden de la lista.
Después de su entrenamiento, dijo Crystal, los animales completaron con éxito sus tareas en un 87% del tiempo en todas las pruebas. Los resultados son una evidencia fuerte de que los animales estaban empleando la reproducción de la memoria episódica.
En experimentos adicionales, se confirmó que la memoria de las ratas era inmune a la “interferencia” de otros recuerdos. Se hicieron incluso pruebas suprimiendo temporalmente la actividad del hipocampo -el sitio de la memoria episódica- para confirmar que las ratas estaban usando su cerebro para desarrollar las tareas encomendadas.
Crystal dijo que la necesidad de encontrar maneras confiables de probar la memoria episódica en ratas es urgente ya que nuevas herramientas genéticas están permitiendo a los científicos crear ratas con condiciones neurológicas similares a las de la enfermedad de Alzheimer. Hasta ahora, solamente los ratones estaban disponibles para las modificaciones genéticas necesarias para estudiar los efectos de nuevas drogas en animales con estos síntomas de enfermedad.
“Queremos llegar al límite de los modelos animales de la memoria para hacer algo que sea cada vez más parecido y similar a la memoria de las personas”, dijo Crystal. “Si queremos eliminar el Alzheimer necesitamos asegurarnos de que estamos tratando de proteger el tipo correcto de memoria”.