Científicos de la Universidad de Iowa han desarrollado una batería capaz de autodestruirse al entrar en contacto con el agua. La batería de iones de litio proporciona alrededor de 2,5 voltios de energía antes de desintegrarse en treinta minutos.
A diferencia de la electrónica convencional que está diseñada para durar por largos períodos de tiempo, este nuevo atributo de operar durante un periodo corto y bien definido, que se completa con la auto-destrucción trae consigo diversas aplicaciones desde el entorno medico al militar.
Los 2.5 voltios de energía son suficientes para proporcionar energía a una calculadora doméstica durante 15 minutos. Mide 5 milímetros de largo, 1 de alto y 6 de ancho, y es muy parecida a las baterías comerciales que conocemos, tanto por componentes, como por estructura y reacciones.
Cuenta con un ánodo, un cátodo y un separador de electrones con dos capas de polivinilo basado en alcohol. Es este último elemento el que se infla al meterlo en el agua, lo que permite que los electrodos se separen y todo el dispositivo se disuelva en una media hora.
«Supone una gran diferencia respecto a la electrónica convencional, que está diseñada para durar largos períodos de tiempo. Estas baterías podrían desempeñar un papel importante para ayudar a reducir el desperdicio a causa de los desechos que se producen de la electrónica». dijo Reza Montazami, responsable de la investigación.
Ahora los investigadores esperan encontrar materiales que, al contrario que el litio, no sean dañinos para el cuerpo humano. Así, se podrían instalar baterías en el interior de las personas para alimentar aparatos médicos sin que se tuvieran que someter a una nueva operación para retirárselos.
Referencia: Iowa State University