Las empresas mexicanas INDI Ingeniería y Diseño y WeaRobot, apoyadas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), han desarrollado un exoesqueleto desarmable e inteligente para la rehabilitación de zonas específicas del cuerpo.
El exoesqueleto es un sistema mecánico aplicado al cuerpo de manera externa que es capaz de otorgar soporte y mejorar el movimiento ya sea en la rehabilitación de personas con alguna lesión, adultos mayores o aumentar la fuerza física para tareas pesadas.
El dispositivo trabaja con inteligencia artificial y está conformado por varias piezas independientes para rehabilitar partes específicas del cuerpo como articulaciones a través de realidad aumentada. El dispositivo adquiere movimiento gracias a señales cerebrales o musculares medidas y a la vez traducidas por el aparato de manera no invasiva.
«El dispositivo puede adquirir movimiento gracias a una diadema que contiene electrodos, mismos que son encargados de recibir y calcular las señales electroencefalográficas emitidas por el cerebro y las electromiográficas, producidas por los músculos. Estos impulsos eléctricos van a un microprocesador que hace la tarea de clasificar y traducir las señales que mueven el aparato usando algoritmos de inteligencia artificial», dijo el Dr. Ernesto Rodríguez Leal, responsable de la investigación.
Asimismo, el especialista indicó que además de servir como soporte para personas con alguna lesión o parálisis y fungir como asistente de movimiento, el exoesqueleto contiene un visor de realidad aumentada que muestra espacios tridimensionales que al ser recorridos por el paciente se trabajan las rutinas de rehabilitación en la parte del cuerpo requerida.
El exoesqueleto está conformado por eslabones rígidos de aluminio y fibra de carbono con engranes y motores de corriente directa que tienen como función convertir la energía eléctrica en mecánica y aplicarla en las articulaciones de acuerdo a la necesidad del paciente. A su vez, el aparato cuenta con sensores denominados acelerómetros que son los que determinan la posición de cada eslabón para de esa forma indicar y determinar a los algoritmos de control la coordinación de cada motor.
Los candidatos a utilizar el exoesqueleto son entrenados previamente, para que la computadora pueda identificar y clasificar sus señales cerebrales. A la fecha ya se ha probado y se tienen protocolos clínicos de prueba de los pacientes.
Actualmente el traje robótico ya patentado busca apoyo económico para su comercialización, el cual podrá adquirirse por partes, dependiendo de la discapacidad física de la persona.