En la entrañable película ‘Wall-E’ de Disney Pixar, donde básicamente se cuenta la historia de la Post-Tierra después de que acabamos con nuestro planeta por contaminarla, aparece la órbita terrestres cubierta de una nube de satélites.
Esa es la realidad que nos espera sino administramos el problema de la basura espacial, que se refiere a los dispositivos y desperdicios que el humano deja fuera de la atmósfera. Hasta el momento el asunto no representa una amenaza, pero si siguen lanzando satélites, podemos llegar a ese punto.
En la actualidad hay 4,921 satélites dando vueltas alrededor de la Tierra, de acuerdo con el Índice de Objetos Lanzados al Espacio Exterior, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (en inglés, UNOOSA).
Pero no todos estos aparatos están funcionando, cerca de 2,600 de todos estos dispositivos ya no funcionan. A estas cuentas hay que sumar otros 17,000 objetos humanos flotando libremente por el espacio. En total, la basura espacial que órbita la Tierra super las 7,600 toneladas según informó en febrero de este año la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EU (la muy célebre NASA).
La saturación ha llegado a un punto en el que estos desperdicios y aparatos activos pueden chocar, aunque no sucede con frecuencia. En febrero de 2009, dos satélites de comunicaciones, uno estadounidense y otro ruso, chocaron en el espacio. Se cree que esa fue la primera vez que dos satélites hechos por el hombre colisionaron accidentalmente, describe el centro Nesdis.