Científicos de la Universidad de Texas han desarrollado una nano-máquina hecha de ADN que tiene la capacidad de explorar las células en una dirección aleatoria. Un nano-caminante que refieren los investigadores podría ser usado para recorrer el cuerpo humano y detectar o atacar células tumorales.
Anteriormente, los caminantes de nanopartículas sólo eran capaces de caminar sobre sobre diferentes superficies si se les programaba en una y dos dimensiones. Ahora esta nanomaquina es capaz de moverse en cualquier dirección y sin la necesidad de ser programada.
«Este es un importante paso adelante en el desarrollo de nanomáquinas de ácidos nucleicos que pueden actuar bajo varias condiciones, incluso dentro del cuerpo. Creo que los caminantes de ADN podrán permitir a células defensoras recorrer la superficie de órganos, y vigilar de forma constante si un cáncer está presente», Andrew Ellington, investigador de la Universidad de Texas y responsable de la investigación.
El objetivo último de esta tecnología sería detectar ciertas células en el organismo, como las tumorales, e incluso poder descargar en ellas algún tipo de sustancia, como antitumorales. De momento, se habían conseguido “nano-caminantes” que podían moverse en dos dimensiones. Pero, este nuevo caminante puede moverse de forma aleatoria y dar 36 pasos, lo que sería útil si se pretende detectar una célula cuya posición se desconoce, por ejemplo.
Para Ellington, esta tecnología es una forma de combinar la programación de la informática con los objetos materiales: “La nanotecnología del ADN es especialmente interesante porque explora el mundo de la computación material, donde los ‘programas’, como caminar son llevados a cabo por objetos físicos, en vez de por dispositivos eléctricos o magnéticos”. Por ello, las aplicaciones futuras parecen casi infinitas.
Este mini-caminante está hecho de una hebra de ADN que tiene la forma de dos pequeñas patas unidas por medio de un torso. Al igual que un humano, esta pequeña máquina se mueve poniendo una pierna por delante y luego elevando la otra para adelantarla. Como si se tratara de un caminante borracho, es incapaz de pisar la misma zona dos veces, puesto que cada paso lo da en una dirección aleatoria.
Aunque aún falta mucho que aprender acerca del diagnóstico y la cura del cáncer, Cheulhee Jung, otro de los investigadores que ha participado en este estudio, ha concluido: “Todos los avances comienzan con pasitos de bebé. En este caso, los pasos los da un caminante de ADN”.
Referencia: Universidad de Texas