Los filtros que nos muestra cómo nos veremos cuando lleguemos a viejos -si es que llegamos- tomó por asalto Internet y de pronto las redes sociales se llenaron de imágenes de nuestros contactos con unos 20 años más.
La aplicación FaceApp es la que hace esta tarea y aparentemente lo hace bastante bien. Es una app que pronto se dejará de usar, pero en el camino puede dejarnos algunas enseñanzas.
La aplicación, que funciona para iOS y Android, es de Rusia y ya se dice que su intención última es recabar los datos biométricos de todos aquellos que la prueban.
Se ha dicho algo similar de otras apps como aquella que mostraba cómo serían las personas si fuesen del sexo opuesto.
Sin embargo, da la impresión que en el mejor de los casos, todas estas fotos podrían servir para almacenar fotografías y después usarlas para reconocimiento de rostros.
El potencial de estas aplicaciones
En mi opinión, si es cierto que la app le está robando fotos a las personas, posiblemente su uso sería estadístico y no para hacernos daños.
Hemos entregado desde hace años todos nuestros datos a Facebook y no pasa nada, ¿o si?
El tema de mostrar el envejecimiento de las personas es sin duda fascinante y no porque se busquen hacer apps simpáticas para reírnos un rato.
En el fondo, una app de esta naturaleza podría ser usada para ver cómo personas que se consideran desaparecidas desde hace años lucirían ahora.
La ciencia detrás de estas apps
Hay más ciencia que diversión en este tipo de apps. Una aplicación que busque envejecer el rostro de una persona tiene que entender muchos mecanismos involucrados con el tema de cómo los años afectan el rostro.
La ciencia médica, por ejemplo, analiza el tema en lo que se refiere a la piel y los efectos de la edad en la misma. La radiación ultravioleta y los cambios en la piel se manifiestan en manchas o imperfecciones, entre otras cosas.
Hay cambios en las estructuras que soportan los músculos y se observa que se pierde elasticidad en la piel, así como factores que involucran el proceso del envejecimiento en rostro y curiosamente, se sabe que hay diferentes efectos relativos a los estilos de vida.
Sin embargo, a pesar de esto, hay un patrón fundamental así como una secuencia sobre cómo se envejece, la cual es describible y predecible, y que es la que utilizan estas herramientas.
¿Qué tan exacta es la FaceApp?
Aparentemente, hace un muy buen trabajo al envejecer las fotos que los usuarios les presentan y desde luego, bien podría pensarse que si el software puede envejecer a alguien en su rostro, podría hacer lo contrario, es decir, hacerlo más joven.
Y es aquí donde el programa falla. Fotos envejecidas parecen ser bastante aceptables pero cuando se pide que se haga más joven al sujeto de la foto, los resultados muestran que nadie se reconoce en esa foto como era antes.
Esto probablemente tiene relación con las ecuaciones y el modelo matemático detrás de FaceApp.
Por una parte, puede ser que algunas de las funciones que permiten mostrar el envejecimiento no sean biyectivas, es decir, no sean uno a uno y no se puedan usar de atrás para adelante y viceversa. Entonces el modelo falla cuando la imagen la queremos «más joven».
Por otra parte, aparentemente las mujeres usan un modelo diferente al que se usa para envejecer a los hombres, como que es menos agresivo, aunque esto puede ser una percepción muy subjetiva.
También hay que reconocer que el «morphing«, es decir, el pasar de una imagen a la nueva imagen envejecida, es bastante certero y se observa un buen trabajo.
No obstante todo esto, es claro que la app es interesante y como tema de tesis para licenciatura parece muy atractivo porque además, hay mucho trabajo académico hecho y el cómputo parece ser la herramienta ideal para probar diferentes enfoques.
Como ya dijimos, la app tendrá una vida muy corta en el mundo moderno de Internet, el cual cambia de modas con mucha rapidez. Aún así, es simpático verse en el futuro y nos haga reír un poco. La app no va más allá, pero eso no le quita la diversión.