Como surgido de la Ciencia Ficción, los ingenieros chinos tienen un ambicioso plan para poner en órbita la primera luna artificial de la humanidad. El enorme artefacto tendría como propósito iluminar la ciudad de Chengdu, una de las tres más pobladas en ese país, y ahorrarle al Gobierno unos 173 millones de dólares anuales.
El proyecto fue presentado este mes durante una feria de innovación en la que Wu Chunfeng, presidente de Chengdu Aerospace Science and Technology Microelectronics System Research Institute (Casc), donde especificó que este satélite falso estaría diseñado para complementar la iluminación de la Luna, aunque su brillo sería 8 veces mayor que nuestro único satélite natural.
«El satélite podrá iluminar un área con un diámetro de 10 a 80 kilómetros, mientras que el rango de iluminación se podrá controlar a distancia con una computadora», afirmó el empresario.
No es la primera vez que se plantea este tipo de satélites. De hecho se han realizado pruebas con dispositivos de este tipo, pero es hasta ahora que la tecnología permite plantear un proyecto real. Incluso, Chunfeng aspira a poner en órbita el primer satélite en 2020. Si sus resultados son positivos, otros tres más podrían lanzarse al espacio en 2022. El artefacto estará a una distancia de unos 500 kilómetros de la Tierra.
¿Podría afectarnos una luna artificial?
De acuerdo con el astrofísico Alejandro Sánchez, citado por el diario El Comercio de Ecuador, los principales afectados serían la observación astronómica, las plantas y los animales.
Para los observatorios, Sánchez asegura que La Luz provocada por este tipo de lunas podría bloquear la observación científica de la bóveda celeste. Y es que la carga lumínica del artefacto, 8 veces mayor a la de nuestra Luna, podría dejar sin oportunidad a los instrumentos que ocupan los observatorios para registrar los fenómenos astronómicos.
También hizo énfasis en que la luna artificial podría tener un gran impacto en los ecosistemas aledaños a Chengdu, ya que mucha de la fauna local podría contar para realizar la fotosíntesis en la noche, lo que alteraría sus ciclos de crecimiento y acortarlos dados potenciales florecimiento prematuros; lo que a su vez provocaría que no estuvieran preparadas para el Invierno.
Para los animales sucede algo parecido, ya que muchas especies utilizan la oscuridad como refugio, incluso como parte de su estrategia de caza o supervivencia. Esa luz alteraría ese comportamiento y provocar impactos considerables en la alimentación y descanso de la fauna local.