La empresa Boeing ha estado trabajando desde hace tiempo en la CST-100 Starliner, la nave espacial que llevaría a varios astronautas hacia la Estación Espacial Internacional en este año, pero en una prueba reciente donde se probaron los motores de interrupción, se vio que éstos no funcionaban bien, por lo que se han retrasado los planes del lanzamiento.
La prueba estática, que se llevó a cabo en junio en el White Sands Test Facility de la NASA en Nuevo México, señaló que la Starliner sufrió un inconveniente en el motor para abortar el lanzamiento, el cual es utilizado únicamente en situaciones de emergencia porque podría salvarles la vida a los tripulantes.
La importancia del motor radica en que en caso de peligro, éste llevará a la tripulación hacia un lugar seguro, logrando que las personas puedan mantenerse con vida y seguir con el viaje programado.
Si bien la nave no tuvo alguna avería, fue la fuga de propelente en el motor para abortar que hizo que la misión de llevarlo al espacio se viera retrasada, logrando que con esta fueran dos ocasiones en las que se ha pospuesto el lanzamiento, ya que la primera sucedió en 2017 y ahora está la de 2018 con esta anomalía.
A través de un comunicado, la empresa explicó cómo fue que sucedieron las cosas y las medidas que están tomando al respecto:
“Los motores se encendieron con éxito y funcionaron durante toda la prueba, pero durante el apagado del motor, se produjo una anomalía que provocó una fuga de propulsor.
Confiamos en que encontramos la causa y estamos avanzando con medidas correctivas. La seguridad del vuelo y la mitigación de riesgos son la razón por la cual llevamos a cabo estas pruebas rigurosas, y las anomalías son una parte natural de cualquier programa de prueba”.
De esta manera, la empresa ya se encuentra resolviendo el problema, pero no sabe qué tanto tardarán en arreglarlo para que pueda viajar, pues de acuerdo con el calendario que tenían previsto, la Starliner tendría un ejercicio de prueba durante agosto y uno más en diciembre de este mismo año con tripulación a bordo.
La NASA aún no ha emitido su postura respecto a esta situación, por lo que se cree que la expedición podría realizarse hasta 2019.