BepiColombo es el nombre de un matemático e ingeniero italiano, Giuseppe “Bepi” Colombo, con el que se ha bautizado a la sonda que se ha lanzado desde un cohete Ariane 5 desde la Guyana francesa. La nave, de la Agencia Espacial Europea, consta de dos sondas realmente: la primera, diseñada para entrar en una órbita interior alrededor del planeta y una diseñada por la Agencia de Exploración Aeroespacial japonesa, la cual estará en una órbita exterior midiendo el campo magnético de Mercurio. “Esto nos permitirá ver el entorno espacial alrededor de Mercurio desde dos perspectivas exactamente al mismo tiempo”, dijo Nancy Chabot, una científica planetaria en la Universidad Johns Hopkins, del Laboratorio de Física Aplicada. Esto dará una imagen más clara de los cambios que ocurren cada 88 días terrestres, que es el tiempo que tarda Mercurio en una órbita al Sol, es decir, el año mercuriano.
Mercurio tiene una composición inusual, pues como la Tierra, tiene un núcleo metálico. Pero el de Mercurio forma el 80% del planeta. “Se puede imaginar como si fuese una bola metálica gigante alrededor de una ligera corteza de piedra”, indica Chabot. Igualmente, el planeta más cercano del sistema solar muestra que a pesar de estar tan cerca del Sol, con enormes temperaturas que pueden alcanzar 427 grados centígrados, hay volcanes cerca de los polos que nunca han visto el Sol. “Y en estas regiones oscurecidas permanentemente, puede ser lo suficientemente frío para que el agua congelada pueda ser estable por miles de millones de años”, indica la investigadora.
Las medidas hechas por radar desde la Tierra sugieren que hubo hielo en Mercurio. Al principio de esta década, la misión de la NASA, Messenger, fue capaz de confirmar la existencia de hielo en el planeta. Pero el Messenger se acerco apenas lo suficiente para ver el hielo en el polo norte de Mercurio. La verdadera acción del hielo está en el polo sur. “El cráter más grande que puede tener depósitos de agua se encuentra en el polo sur y me emociona mucho que BepiColombo estará en órbita de manera que pueda ver mucho más de cerca el hemisferio sur”, dice Chabot.
BepiColombo , para llegar a Mercurio, tomará toda una curiosa ruta al planeta: volará alrededor de la Tierra una vez, dos veces en Venus y seis veces en Mercurio hasta lograr la orientación correcta para ir en órbita alrededor del planeta más interno de nuestro sistema solar. Todo este viaje llevará poco más de siete años.
Pero si todo esto no fuese suficiente, hay una característica más que Chabot espera poder hallar. La sonda Messenger, cuando se quedó sin combustible, fue enviada a estrellarse en el planeta y es probable que haya hecho otro cráter. De hecho Chabot fue parte de los científicos que estuvieron en esa misión. Se estima que el cráter creado por Messenger debe ser de un diámetro de unos 20 metros. “Una vez que BepiColombo esté en órbita, podrá ver el área y tomar las mejores fotografías posibles para ver cuál fue el destino final del Messenger.
Y aparte de los sentimientos que esto causa en Chabot, es claro que el impacto del Messenger mostrará material fresco por lo que incluso en esta última misión suicida, podrá enseñarnos más sobre Mercurio, supone la investigadora.