Entre viajes espaciales privados y el estudio continuo del espacio exterior, la órbita de la Tierra es cada vez un lugar más concurrido y potencialmente peligroso para los que están allá arriba debido a la cantidad de basura espacial.
Luego de que el ejército ruso destruyera uno de sus satélites por una prueba de armas, la tripulación de la Estación Espacial Internacional se vio obligada a refugiarse cuando los escombros pasaban a toda velocidad cerca del puesto de avanzada.
El problema de esta situación radica en el hecho de que aun cuando los satélites y estaciones espaciales pueden realizar maniobras para alejarse de la basura espacial, esta se está convirtiendo en una bola de nieve que podría volver una realidad la ficción dentro de cientos de películas que tocan este tema.
La basura espacial y el síndrome de Kessler
En 1978 el científico de la NASA Donald J. Kessler describió un escenario donde la densidad de los objetos en la órbita terrestre produciría una cascada de colisiones debido a los desechos que orbitan alrededor de la Tierra.
En 1991 Kessler dijo que era necesario limitar el número de cuerpos de cohetes gastados y cargas útiles en órbita, esa sugerencia no podría haber quedado más olvidada en un tiempo en el que los cohetes espaciales dejan el planeta con frecuencia.
Desafortunadamente aun cuando las advertencias fueran tomadas en cuenta, ya es demasiado tarde, pues la velocidad con la que se crean desechos espaciales ahora es más alta a la velocidad con la que los mismos desechos vuelven a caer en la atmósfera terrestre.
Alrededor de 7 mil 630 satélites orbitan actualmente la Tierra, de los cuales aproximadamente 4 mil 700 están en funcionamiento. Cada objeto agregado a la órbita da como resultado un mayor riesgo de colisión y cada colisión a su vez, aumenta la posibilidad de futuras colisiones que vuelven la órbita un sitio peligroso para los astronautas, estaciones espaciales y poco viable para agregar más satélites.