De acuerdo con la NASA, los meteoritos trajeron moléculas orgánicas prebióticas a la Tierra en su fase temprana, incluidos componentes de proteínas y ácidos nucleicos.
Con ese antecedente en mente, un grupo de científicos de la agencia, junto con la Universidad de Tohoku, empleó nuevos métodos de investigación para demostrar la existencia de azúcares bioesenciales en los meteoritos primitivos.
De acuerdo con Yoshihiro Furukawa, autor líder del estudio, la investigación provee la primera evidencia directa de que hay ribosa en el espacio y de que esta azúcar extraterrestre llegó a nuestro planeta, lo que además pudo haber contribuido a la formación de ácido ribonucleico (ARN) en la Tierra prebiótica, y que a su vez pudo desencadenar el origen de la vida.
El estudio se hizo a tres meteoritos carbónicos e incluyó identificación de azúcares, análisis de isótopos estables de carbón de las azúcares individuales, análisis de isótopos estables de carbono e hidrógeno y análisis de estructura molecular de materia orgánica insoluble, y evaluación de alteración de los minerales.
Los meteoritos analizados fueron dos condritos tipo CR2, denominados NWA 801 y NWA 7020, y uno tipo CM2, el meteorito Murchison.
De hecho, el meteorito Murchison ya ha sido analizado para detectar azúcares o compuestos de azúcares en estudios previos, pero la diferencia en esta ocasión es que en la extracción de estas azúcares se empleó ácido hidroclorhídrico y agua para liberarlas de las superficies de los minerales.
El extracto luego fue purificado y derivado en acetatos de aldonitrilos, lo que, de acuerdo con los encargados de este estudio, tiene mayores ventajas en la identificación confiable y detección sensitiva de azúcares por encima de otros métodos.
A pesar de que el ADN es visto como el mapa de la vida, los científicos creen que el ácido ribonucleico evolucionó primero y los hallazgos de esta investigación sostienen esa postura.